Lo importante es lo que no se ve

Comienza a utilizar tu intuición.

Hasta ahora hemos desarrollado nuestro lado masculino, ese lado izquierdo del cerebro que es útil en un mundo físico y material, pero que nos merma y nos ciega a la hora de desarrollarnos en un entorno donde el instinto ya no tiene la importancia que antaño tuvo. La sociedad intenta por todos lo medios que mantengamos nuestro estado de alerta, nuestro instinto de supervivencia, en un sistema competitivo y primario, donde los sentimientos son vistos como signo de debilidad, una tara en lugar de una virtud. El mundo físico en el que vivimos, solo centra nuestra atención en los cinco sentidos mas primarios cegando todos nuestros sentidos orientados a la introspección sensorial. Nos enseñan que aquello que nuestros sentidos no detectan sencillamente no existe. Nuestra vista, nuestro olfato, nuestro oído, nuestro gusto y nuestro tacto se rigen por unos rangos concretos de los que es fácil escapar y no ser detectado por ellos.

Poco a poco se ha admitido un sexto sentido como algo extraordinario, que muy pocos logran desarrollar, pero eso no es así, de hecho es falso. En realidad nuestros cinco sentidos tienen un segundo sentido paralelo en nuestro hemisferio derecho, cinco formas más de sentir que aun están por descubrir. Si para nosotros es difícil hacernos a la idea de vivir solo con la mitad de nuestros miembros ¿Por qué nos limitamos a vivir con la mitad de nuestros sentidos?

Podemos ir comenzando por despertar nuestro hemisferio cerebral derecho e ir dando importancia a esos sentidos, escucharlos cuando nos hablen y fiarnos de ellos como nos fiamos de nuestra vista o nuestro tacto. Como pequeño comienzo desarrollaremos nuestra intuición, de modo, que podamos ir abriendo nuestro campo sensorial. Muchas veces hemos oído o leído, que debemos utilizar nuestro hemisferio derecho, pero ¿Cómo? Por norma general, solemos dar peso en nuestras decisiones diarias, a la lógica y a la razón, y omitimos aquello que intuimos, por ser menos tangible y cuadriculado. Dejarnos llevar y comenzar a intuir es comenzar a sentir, dejarnos llevar por esos sentimientos, por lo que nos dicen, escucharles detenidamente, sentir ese impulso y hacerles caso, dejarnos llevar por ellos. Comprobar cuantas veces nos equivocamos tras utilizar la razón y la lógica, y cuantas al guiarnos por la intuición y nuestro sentir.
Discernir cuando conocemos a alguien y dejar que nuestros sentidos nos hablen, cuando las vibraciones y el conjunto de sensaciones que percibimos de esa persona nos diga, que clase de individuo puede ser, si es negativo o positivo para nosotros. Las palabras y las actitudes filtradas por la lógica y la razón nos llevan a estrellarnos una y otra vez contra el mismo muro a la hora de afrontar una relación nueva. La intuición y los sentimientos no son engañados fácilmente y ellos te dirán aquello que seguramente no lograrías averiguar a través de tus limitados sentidos. La vista y los estereotipos que nos han sido programados, juegan en tu contra a la hora de conocer a un nuevo ser, si nos guiamos por lo que sentimos el margen de error es escaso.

Cuantas veces nos engañamos con un “no puede ser” cuando nos llega de forma clara esa intuición con respecto a una persona. Cuantas veces caemos en la trampa de la lógica y nos vemos atrapados en relaciones toxicas, es fácil engañar a tu lógica, pero no engañar al corazón, al final, solo nos engañamos nosotros mismos, cegándonos ante lo evidente. Los cánones que nos implantan a través del sistema, cánones de belleza, de éxito y de realización, nublan nuestra lógica a la hora de escoger nuestras relaciones sociales, cuantas veces hemos acabado con la persona incorrecta, por guiarnos por causas superficiales, en lugar de escoger a la persona idónea, que quizá no cumplía los requisitos que marca la sociedad, pero en cambio, nuestro corazón nos decía lo contrario, desechamos lo que nos dice nuestra intuición y abrazamos lo que nos dice la razón.

Una vez aprendes a dejarte llevar por lo que tu interior te dice, el miedo al error desaparece, equivocarnos es solo una opción entre un amplio abanico de opciones. Errar es aprender desde ese mismo instante y comienzas a reconocer las señales que tus sentidos ocultos te dicen, te afinas, te perfeccionas y te sincronizas, ahora tendrás una respuesta lógica y una sensorial, hablándote en paralelo, compenetradas, dándote el matiz que necesitas a la hora de elegir. En un mundo y en una sociedad, fabricada para que constantemente tengas que elegir, se hace necesario el que utilices todas las herramientas a tu alcance, para acabar con éxito tu partida en este juego.

Deja de limitarte y no consientas que nadie te limite, saca todo lo que atesoras dentro de ti y empieza a utilizarlo, empieza a sentir y a sentirte uno con todo, deja que tu interior hable, para y escucha. Bájate del tren del estrés, la inmediatez y los nervios, y permite que tu exterior se sincronice con tu interior, que todo gire como tu deseas, que todo se desenvuelva al ritmo que tu elijas, no permitas que las prisas te hagan tropezar de nuevo, no permitas que lo lógico y estereotipado te hagan errar otra vez, tomate tu tiempo, siente, deja que tu interior te diga, escúchalo y elige sin miedo, ya no existe el error, porque eres uno con el universo y este trabaja para que tengas la experiencia que viniste a buscar, simplemente relájate y disfruta del viaje.

Publicado por Ruben Torres

Fuente: http://lacosechadealmas.blogspot.com.es/2014/09/comienza-utilizar-tu-intuicion.html

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