El Mundo de Morfeo siempre ha sido un misterio para la ciencia, ¿Por qué soñamos?, ¿Qué sentido tienen los Sueños?, en el siguiente video, hablamos de las últimas teorías existente.
Sucedió o no sucedió una rendición.
Suele suceder que un día cualquiera soñamos una historia interesante… tal vez un recuerdo de una vida pasada, una experiencia con nuestro cuerpo astral o simplemente proyectamos en el astral un evento… entonces ! Despertamos !! y quedó inconclusa la historia… suele suceder con demasiada frecuencia.
Pasan 10, 15 años…. soñamos.. y se presenta la continuación !! porqué ? porque en el nivel astral no existe el tiempo.. o el concepto tiempo es demasiado vasto que no es posible conceptuarlo, ahí no hubo interrupción… en cambio en el nivel 3D o físico transcurrieron 10 o más años… es lo que la película “Inception” o “El orígen” con el actor Leonardo Dicaprio tratan de transmitir, experiencias en los niveles físico 3D, astral 4D, mental 5D.
Si, se ha confirmado que los arcontes han “perdido” esta guerra y se están retirando y todo ello ya sucedió en el astral hace aproximadamente 4 años… hubo una rendición, algunas fuentes lo percibieron desde esa fecha, otras posteriormente pero la mayoría coincide que ya sucedió, se entenderá entonces que hay un lapso de tiempo 3D que tiene que transcurrir para que esos eventos se manifiesten… no hay retorno.
https://oroborusanaphaxeton.wordpress.com/2014/03/17/la-marcha-de-las-fuerzas-obscuras-hoy/
https://oroborusanaphaxeton.wordpress.com/2014/12/15/el-acuerdo-de-rendicion-y-la-caja-de-madera/
https://oroborusanaphaxeton.wordpress.com/2015/09/07/la-caja-de-madera-2da-parte-9-meses-despues/
Con esto también se explica el porqué las mismas canalizaciones se vienen escuchando año tras año… durante muchos años… a través de diferentes personas, que percibieron exactamente la misma información, algunos canales arrojan la toalla como se suele decir, otros continúan, es similar a los sueños que son interrumpidos y continúan años posteriores, si se ve desde otro punto de vista es como si accediéramos al futuro cuando se nos proporciona cierto tipo de información, pero no se nos indica que un evento ya manifestado en 4D es un punto de inflexión que tarde o temprano se manifestará a 3D… y en consecuencia si el nivel vibratorio del plano físico se incrementa invariablemente entonces el “tiempo” tiende a “acortarse”, a desaparecer o como se dice hoy en día: “los días son ahora de 16 horas”.
Sin retorno…. es… sin retorno.
Claro que ya sucedió… y a pesar de todo lo que estamos percibiendo, cambios y más cambios, políticas, paradigmas cayendo, sistemas cayendo, colapsos mundiales de toda índole, hay aún quien se atreve a comentar que no sucede nada… eso es bueno.. es excelente.. por lo general son personas que antes no se expresaban y ya empiezan a hacerlo.. por algo se empieza. 🙂
https://www.facebook.com/oroborus.escarabajo/
Oroborus A.
Fuente: https://oroborusanaphaxeton.wordpress.com/2016/04/08/sucedio-o-no-sucedio-una-rendicion/
Sueños lúcidos: ¿Podemos controlar nuestros sueños?
Imagina por un momento que “caes” en un sueño profundo sólo para encontrarte en la mayor sala de realidad virtual del mundo. Puedes hacer lo que quieras, puedes volar, viajar o acceder a donde quieras y lo mejor de todo, eres completamente consciente de ello. Estamos hablando de los sueños lúcidos.
“Un mundo nuevo”
El sueño lúcido es la práctica de la alteración de los sueños. En un sueño lúcido, la persona sabe que está soñando y puede cambiar el curso de un sueño cuando quiera. Aunque el sueño lúcido sólo ha sido parte de nuestro vocabulario cotidiano en las últimas décadas, la realidad es que muchas culturas desde el comienzo de la humanidad ya lo practicaban. Los nativos americanos utilizaban los sueños lucidos como un portal al mundo de los espíritus, mientras que los budistas tibetanos los han estado practicando durante siglos.
Frederik van Eeden, un psiquiatra holandés, acuñó el término “sueño lúcido” en 1913 durante su estudio de los sueños. Comenzó documentando sus sueños en un diario, y con el tiempo descubrió nuevos tipos diferentes de sueños. Según sus investigaciones, las funciones psíquicas se activan cuando la persona llega a un estado de conciencia perfecto y es capaz de dirigir su atención para crear diferentes actos.
Incluso la comunidad científica tiene su propia teoría para explicar los sueños lucidos. Normalmente cuando dormimos, la parte de la corteza prefrontal dorsolateral de nuestro cerebro está desactivada. Esta es la parte del cerebro donde se produce la memoria. Las personas que experimentan el sueño lúcido en realidad activan esta parte del cerebro, en un sentido, girando sobre su conciencia.
Pero el sueño lúcido también tiene efectos secundarios beneficiosos. Muchas personas utilizan el sueño lúcido para ayudarles a resolver problemas mediante la reproducción de la cuestión en el sueño, intentando obtener diversos resultados. Incluso algunos expertos, aseguran que es útil para la curación emocional y para eliminar constantes pesadillas.
Los soñadores lúcidos pueden “comunicarse” con el mundo exterior
En 1975, el psicólogo británico Keith Hearne logró un descubrimiento que revolucionó el mundo de los sueños: grabar los movimientos oculares de un sujeto llamado Alan Worsley mientras dormía y participó en un sueño lúcido en un laboratorio. Fundamentalmente, los dos hombres habían acordado un patrón establecido por señales de movimiento mediante los ojos. Moviendo sus ojos en el sueño lúcido, Worsley era capaz de comunicarse con Hearne en el mundo exterior, mientras que él estaba soñando.
El sorprendente experimento demostró, por primera vez en la historia, que existía la conciencia en los sueños. Pero, ¿y al revés? ¿Podemos enviar mensajes a un soñador mientras duerme? La respuesta es sí. Cuando dormimos, generalmente nuestros cerebros ignoran lo que está pasando en el mundo exterior. Sin embargo, todos tenemos la sorprendente capacidad de “ver” lo que está ocurriendo en el exterior de nuestros sueños. Hay casos de soñadores lucidos que se han llegado a despertar de repente porque alguien de su familia necesitaba ayuda, o en otros casos, los soñadores se han despertado repentinamente porque estaba ocurriendo algún tipo de catástrofe en algún lugar de nuestro planeta.
Los peligros en los sueños lucidos
Aunque no hay evidencias de que los sueños puedan tener efectos negativos en el soñador, hay expertos que aseguran que podría haber algunos efectos secundarios asociados con este tipo de sueños, y laadicción es uno de esos efectos negativos. Algunas personas quieren probarlo sólo por diversión, sin embargo, hay que tener cuidado con esta capacidad ya que permite escapar de la vida cotidiana.
El sueño lúcido puede debilitar las fronteras entre la vigilia y el sueño, el consciente y subconsciente de la mente, la realidad y la fantasía. Esto podría cuásar problemas de carácter disociativo. Probablemente la forma más común de disociación implica tener problemas para distinguir sus recuerdos reales con los recuerdos oníricos. Todo aquel que experimente el sueño lucido tendrá que tener la suficiente capacidad para identificarlos. Esto realmente puede ser un problema para aquellos que puedan tener una absorción de los recuerdos.
Otro peligro a tener en cuenta es que algunas personas creen que experimentar muchos sueños lúcidospuede ser muy agotador. Este fenómeno pude ser tan agotador como si hicieras ejercicio durante veinte o treinta minutos.
Y no nos podemos olvidar de las entidades fantasmales en sueños lucidos. Como ya comentamos en“¿Los fantasmas pueden aparecerse en nuestros sueños?”, cualquier espíritu tiene la capacidad de materializarse en nuestros sueños como un fantasma. En los sueños lucidos este tipo de comunicación con el más allá es mucho más intensa y estas entidades podrían utilizar este fenómeno para transmitirnos un mensaje o una advertencia. Aunque en otros casos el soñador ha llegado a ser “perseguida” o atacada por una entidad demoníaca. Es por este motivo que cualquier persona que experimente los sueños lucidos debe de ser consciente de que podría encontrarse con ciertas entidades indeseables.
¿Cómo tener un sueño lúcido?
Si después de haber leído todo lo anterior, continúas queriendo experimentar los sueños lucidos solo debes seguir las siguientes recomendaciones:
1. Tener un diario de sueños al lado de la cama
Escribe tus sueños justo cuando te despiertas. Esto te permite ver el patrón de tus sueños y familiarizarte con el mundo de los sueños. Esto te ayudará a recordar tus sueños.
2.Prepárate para saber cuándo estás soñando
Algunas personas logran este objetivo mediante la realización de prácticas habituales, como mirar sus relojes o viendo un calendario con frecuencia durante el día, esperando que esa rutina se traslade al mundo de los sueño. Cuando tengas este comportamiento en un sueño, entonces serás capaz de reconocer cuando estés soñando.
3.Conoce tus signos oníricos
Lee tu diario de sueños con frecuencia para ver si hay algún detalle que se repite. Busca estos detalles cuando estés soñando y utilízalos para saber si estás soñando.
4.Trata de volver a soñar cuando te despiertes
Registra el sueño en tu diario de sueños antes de volver a soñar. Algunas personas programan una alarma para alterar el curso de un sueño e intenta volver a él.
A tener en cuenta
Como hemos podido comprobar, conseguir un sueño lucido no es nada fácil, incluso algunos de los mayores soñadores lúcidos sólo logran este tipo de fenómeno pocas veces en un mes. También hay que recordar que los sueños lúcidos no son para todos, pero los que lo consigan, disfrutarán de una experiencia única ya que pueden aportarte información muy importante parta tu vida. Pero también recuerda los efectos negativos anteriormente mencionados, ya que el sueño lucido podría convertirse en la peor de tus pesadillas.
Fuente: http://www.mundoesotericoparanormal.com/suenos-lucidos-podemos-controlar-nuestros-suenos/
SUEÑOS LÚCIDOS (y… III)
Para colofón de las dos partes anteriores, hoy le traigo esta. Que no por postrera, carece de interés.
Le he hablado un poco de sueños lúcidos. De lo medianamente sensato con respecto de ellos. Dejando de lado la apofenia generalizada con respecto al tema.
Ahora le contaré que, por ejemplo, las pesadillas recurrentes que se producen especialmente en el transtorno de estrés postraumático, podrían modificarse a voluntad si las personas afectadas fueran conscientes de que están soñando, cambiando así el a menudo trágico desenlace por uno menos doloroso. Tanto es así que existe una teoría que esgrime que el sujeto supera las pesadillas propias de la niñez mediante esta forma. Yo mismo, hace más de 20 años que no he tenido un mal sueño.
Así mismo, las pesadillas recurrentes son otro síntoma usual en la narcolepsia[1]. Y es el hecho de adquirir consciencia de que se sueña el que ha demostrado ser de valor terapéutico en controlarlas. Algunos estudios[2] se han interesado por la frecuencia en que las personas con narcolepsia experimentan sueños lúcidos. Muchas de ellas reportan del impacto positivo que tiene sobre la angustia que sufren en sus pesadillas.
Urusula Voss, ya conocida por usted, quiere probar su efectividad contra la esquizofrenia, donde al parecer, el lóbulo frontal está menos activo y piensa que entrenando la onírica lucidez podría ayudar a distinguir entre las alucinaciones y realidad. Para ello, se basa en que la actividad de las áreas corticales durante un sueño lúcido se solapa con la actividad de otras regiones deterioradas del cerebro que no son conscientes de su enfermedad[3].
Por otra parte, dado que los sueños lúcidos tienen que ver con el pensamiento abstracto hay quienes barajan la posibilidad de enseñar esta técnica a infantes de niveles académicos bajos, porque quizá les eche un capote para llegar a un nivel de abstracción superior. Cosa que, como de costumbre, creo más difícil que enseñarles sólo a pensar sobre sus actos y consecuencias (autorreflexión/metacognición).
Y para concluir, exponer el caso aparecido en la revista “Medical Hypotheses” en el que un paciente que acusaba un dolor crónico desde hacía 22 años sufrió una remisión completa del mismo después de un sueño lúcido. Los autores proponen la hipótesis de la reorganización del sistema nervioso central (la plasticidad neural) como un posible mecanismo para explicar el beneficio terapéutico ya no de los sueños lúcidos sino de los tratamientos multidisciplinares, ya que podría establecer un elenco para la reparación de los nervios dañados que producen dolor resistente al tratamiento.
A lo que yo he de añadir, por si no se ha dado cuenta, que si tal hipótesis resulta acertada estaríamos hablando de la impronta y consecuencias de los sueños lúcidos en nuestro cerebro.
[1] La narcolepsia es un trastorno del sueño que causa somnolencia excesiva y ataques de sueño irreprimibles, incontrolados y frecuentes durante el día y pesadillas que producen pánico durante la noche.
[2] Increased Lucid Dreaming Frequency in Narcolepsy.
[3] Neural correlates of insight in dreaming and psychosis.
Fuente: http://www.mundodesconocido.es/suenos-lucidos-y-iii.html
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SUEÑOS LÚCIDOS (II)
Hoy vengo a usted, con la segunda parte de un tema que a mi parecer resulta de interés. Este no es otro que el de los sueños lúcidos.
He podido ver como en los foros y los blogs de la Red, existen instrucciones y consejos sobre los modos y maneras de alcanzar el sueño lúcido. Como de costumbre, un alto porcentaje de tales afirmaciones no deja de ser palabrería desechable de aquellos que intentan llenar sus vacíos existenciales de las peores formas posibles. Disparate, tras disparate, los menos errados, llegan a afirmar que tras un trabajo de hasta seis meses, no existe garantía de conseguir nada. Parece ser cosa que no está al alcance de todo el mundo.
Según argumenta Stephen La Berge, autor de “Explorando el mundo de los sueños lúcidos”, la frecuencia de estos sueños aumenta si los individuos son adiestrado para detectar los contenidos “absurdos” de los sueños que, por lo común, nos parecen normales mientras soñamos. Esto nos ayudaría a tomar consciencia de que estamos soñando.
Por su parte, los neurocientíficos del Instituto Max Planck opinan que las habilidades metacognitivas, de autorreflexión, se pueden potenciar mediante este tipo de sueños. Pretendiendo entrenar en los sueños lúcidos a voluntarios con el fin de conocer si esto mejora la capacidad de autorreflexión.
En mi opinión creo que sería más fácil hacerlo al revés: Entrenar la capacidad de autorreflexión y ver si con ello se favorecen los sueños lúcidos.
Ursula Voss, por otro lado, ante la dificultad de aleccionar a las personas para sus investigaciones, esbozó el inducir este tipo de sueños. En mayo del año 2014 tuvo cierto éxito. Para ello estimularon el cerebro de los sujetos con ondas gamma durante la fase MOR del sueño.
Sus resultados aparecen publicados en las revista “Nature Neuroscience”.
Mediante la aplicación de electrodos en los cráneos de los pacientes lograron, mediante estimulación transcraneal de corriente alterna[1], que los 27 voluntarios tomaran consciencia de estar soñando. Voss advierte que los dispositivos que se venden para tales fines en la actualidad no sólo no funcionan sino que además, su aplicación debe ser vigilada por un especialista médico.
Parece ser que existe una relación entre la inteligencia, la autorreflexión, y la salubridad psíquica del individuo con respecto de los sueños lúcidos. Ya que La utilidad práctica que tiene provocar este tipo de sueños artificialmente serviría para ayudar a tratar trastornos tales como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés postraumático, según cuenta en Nature Neuroscience Jessica Payne, del Departamento de Psicología, Memoria, Estrés y Sueño de la Universidad de Notre Dame de Indiana.
Afecciones que, por otro lado no son sufridas por las personas que de una manera natural son autoreflexivas menos propensas a subsumirse en depresiones o sufrir ataques de ansiedad.
[1] TACS por sus siglas en inglés.
Fuente: http://www.mundodesconocido.es/suenos-lucidos-ii.html
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SUEÑOS LÚCIDOS (I)…
Por Javier Pérez Nieto:
Desde pequeño me viene pasando…
Para algunos, controlar los propios sueños y vivir en ellos aventuras increíbles en la vida real es una idea tan atractiva como irrealizable. Por ello es que hay quienes buscan manuales y maestros que les desvelen los procedimientos mediante los cuales puedan ejecutar tan significativa gesta.
Desde ya les digo que esto no es un manual para aquello. Aunque a lo peor, para más de uno y más de dos, sí que lo sea.
Este tipo de sueños son los denominados como “lúcidos”, caracterizándose del resto porque:
a) El onironauta es consciente de estar soñando.
b) Juega un papel activo en los mismos, de tal suerte que construyen el sueño a voluntad.
Dejando de lado la retahíla de sandeces mistico-mágicas que por acá y acullá suelen espetarse, el noúmeno detrás de la apariencia fenoménica es más mundano, pero no por ello menos interesante.
Y como de costumbre, malas noticias. Pero sólo para algunos.
Parece ser que en los individuos que hemos tenido alguna vez esta experiencia, la causa de ella es que dentro de la fase MOR nos adentramos en un estadio intermedio entre el sueño y la vigilia donde el lóbulo frontal no está totalmente dormido.
Dado que la consciencia no se desconecta del todo mientras dormimos (por ejemplo, podemos despertar cuando oímos algo tan significativo como nuestro nombre sordamente susurrado o un estentóreo estruendo), en los sueños lúcidos la actividad cognitiva – sita en la parte frontal del cerebro – aumenta considerablemente.
Úrsula Voss, catedrática de psicología de la Universidad de Bonn, ha demostrado que tal actividad es mensurable dada la aparición de ondas cerebrales en la banda gamma (muy baja en el sueño profundo). Indicando que una mayor velocidad de tal actividad, refleja un mayor procesamiento cognitivo. Exactamente igual que nos ocurre cuando pensamos. Aunque bien es cierto que durante el sueño lúcido la actividad gamma es menor que durante el estado de vigilia.
Hecho que no deja de ser curioso. Esto lo digo porque carecemos de actividad gamma al nacer. Ella es adquirida y potenciada mediante la capacidad cognitiva del individuo. De ahí qué, por lo general, en los especímenes adultos raramente se den este tipo de sueños. En palabras de Úrsula Voss: “Cuanto más inteligentes somos, más actividad gamma tenemos”
De lo que se puede colegir, que a una mayor actividad gamma, una mayor probabilidad de tener estas experiencias.
Según se entiende el sueño lúcido, es más frecuente que se dé en personas de edades comprendidas entre 10 y 19 años de edad, sobre todo en los más inteligentes.
A este respecto, se especula que este fenómeno se da porque las redes neuronales de los soñadores están en desarrollo, pudiendo ser accidentalmente activadas durante el sueño las que están relacionadas con la consciencia.
Desde mi punto de vista opino que en tal especulación se omite el mismo argumento que se esgrime, es decir, la plasticidad del cerebro.
Ha día de hoy sabemos que el cerebro no es aquella decimonónica “inamovible construcción”, sino que más bien es mutable. Prueba de ello es que si bien el número de adultos en quienes se da es menor que el de los adolescentes, no por ello deja de darse. Cosa que nos indica que la edad, en cuanto a desarrollo cerebral se refiere, no tiene porqué ser un factor determinante para que tal hecho se produzca. De hecho, a mí me sigue sucediendo.
Por otro lado, han sido los especialistas en neurociencias del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano de Berlín y del Instituto Max Planck de Psiquiatría de Munich, los que han cotejado las estructuras cerebrales de las personas que tienen sueños lúcidos de forma habitual y los que no , afirmando que la corteza prefrontal – el área del cerebro que permite la autorreflexión (metacognición) – es de mayor dimensión en los soñadores lúcidos que en sus contrarios. Haciendo pensar el sueño lúcido está estrechamente relacionado con la capacidad humana de autorreflexión y que, por ende, los soñadores lúcidos son más autorreflexivos cuando están despiertos, que la media.
A estas alturas ya habrá quienes estén dándose un baño de su propia mediocridad pensando que no hay mejor que ellos para emprender tan alucinante viaje. Ya que el dominio de la técnica les proporcionará mayor libertad.
Lo que no saben es que la autorreflexión es la capacidad del hombre de pensar “en” y sopesar “las” consecuencias de sus propios actos.
Dado que tales acciones pueden ser de diversa naturaleza (por ejemplo la omisión) la autorreflexión es una actividad que conlleva a analizar todas las variables involucradas y sus resultados . En franca oposición al nada autorreflexivo hecho de deglutir un mensaje listo para tragar.
A tal punto, los sueños lúcidos, o repetir el mantra real, no le proporcionarán un grado mayor de libertad, sino que por la propia libertad – siendo realmente libre – conocerá los sueños lúcidos.
Fuente: http://www.mundodesconocido.es/suenos-lucidos-i.html
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“SUEÑOS LÚCIDOS” COMO CONTROLAR LOS SUEÑOS
¿Nunca les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban soñando? La mayoría de las personas han tenido alguna vez este tipo de experiencia espontáneamente, especialmente durante la niñez. Los sueños lúcidos son aquellos en los que el soñador cobra conciencia de estar soñando y a partir de esto interactúa (hasta el punto de tener el poder de manejar las cosas a su antojo) sabiendo que todo lo que percibe es parte de un sueño. Esto no solamente sucede, sino que es posible entrenarnos para lograrlo.
Aunque suena a utopía el control de los sueños se acepta como un hecho comprobado científicamente. Es desde 1975, cuando una serie de experimentos demostraron que era posible. Alan Worsey en Gran Bretaña y Stephen LaBerge en California, son dos investigadores que, de manera independiente, aportaron evidencia experimental sobre la existencia del sueño lúcido y aprendieron a provocar deliberadamente este fenómeno. Ambos fueron capaces de comunicarse “con el exterior” mientras dormían mediante señales previamente acordadas (tales como mover los ojos de una manera particular o respirar con mayor rapidez). Los sujetos no sólo llevaron a cabo dichas acciones sino que lo hicieron precisamente en los momentos en que el equipo electrónico señalaba que estaban soñando. De este modo demostraron que era posible actuar conscientemente mientras dormimos.
El Aprendizaje del Sueño Lúcido
I. Primer paso: Recordar los sueños
Hablando en términos generales, quienes quieren recordar sus sueños pueden hacerlo y aquellos que, por el contrario, no desean hacerlo, no suelen recordarlos. A ciertas personas les basta simplemente con tener la intención de recordar y con ser plenamente conscientes de esta intención antes de acostarse. Un modo eficaz de fortalecer esta decisión consiste en tener un diario de sueños sobre la mesa velador e ir anotando en él, apenas nos despertemos, todos los pormenores que podamos recordar de nuestro sueño. Cuantos más sueños apuntemos, más fácil nos será recordarlos. Por otra parte, la lectura de este diario puede procurarnos el beneficio adicional de ayudarnos a comprender la verdadera naturaleza de nuestros sueños y contribuir, de este modo, a reconocerlos con más facilidad en el mismo momento en que están aconteciendo.
Un método infalible para aumentar la capacidad de recordar los sueños consiste en habituarnos a preguntarnos «¿Qué es lo que he soñado?» cada vez que nos despertemos. Éste debería ser nuestro primer pensamiento cada vez que nos despertáramos, sin renunciar ante la primera tentativa sino permaneciendo totalmente inmóviles y concentrados, perseverando pacientemente en el intento hasta lograr recordar el sueño.
Como ocurre con cualquier otro proceso, el aprendizaje de la capacidad para recordar los sueños constituye un proceso, en ocasiones, lento. Debido a ello, es muy importante no desalentarnos en el caso de que las primeras tentativas no se vean coronadas por el éxito. A la larga, quien persiste en la práctica termina obteniendo resultados evidentes.
Es importante mejorar el recuerdo de los sueños porque es imposible tener un sueño lúcido sin recordarlo.
II. Inducción al Sueño Lúcido
Hay muchísimas técnicas distintas para llegar a tener sueños lúcidos. La más frecuente (y única que trato aquí) consiste en comenzar teniendo un sueño común, darse cuenta por algún motivo que se está soñando, y a partir de ese momento entrar en estado de lucidez. Este tipo de experiencia se llama DILD (Dream Induced Lucid Dreams) justamente porque comienza en un sueño. Esta es la que la mayoría de la gente, sin entrenamiento alguno, logra al menos una vez en la vida espontáneamente.
Para inducirlos el primer paso es practicar el ejercicio de recordar los sueños al despertar (tal y como explicábamos en el anterior punto). Si nos levantamos apurados por entrar en nuestras obligaciones diarias, poco éxito podemos tener en lograr sueños lúcidos. Por eso conviene despertarse poco a poco, tratar de no abrir los ojos en seguida, recordar los sueños lo mejor que podamos, con todos los detalles posibles, y anotarlos.
En la noche, antes de dormir, conviene decirse – e incluso anotar – qué es lo que uno desea hacer cuando adquiera lucidez, e ir a dormir con la intención de lograrlo. Repítete con convicción “me daré cuenta de estar soñando”. El simple hecho de desearlo es suficiente como para proporcionarnos un punto de partida.
El siguiente paso es estar siempre atentos a las señales de los sueños mediante chequeos de realidad.
III. Test de Realidad
En los sueños pasan cosas muy raras, cosas que por sentido común deberían delatarnos que estamos soñando. Pero a pesar de ello la mayoría de las veces somos incapaces de darnos cuenta. Tomamos todo como viene, creyendo que los acontecimientos más inverosímiles son verdaderos y al despertar nos preguntamos: “¿Como no me di cuenta de que era un sueño? ¡Era tan obvio!”
Si ante determinadas situaciones nos acostumbramos a preguntamos si estamos soñando durante el día -en la vigilia-, con el tiempo nuestro cerebro se programa también para hacerlo durante la noche -mientras efectivamente estamos soñando-. Varias veces al día conviene hacerse esta pregunta, entrenando al cerebro para hacerlo en todo momento.
El simple hecho de acostumbrarse a autoformularse esta pregunta es un paso elemental si se desea tener sueños lúcidos. La respuesta, cuando es negativa, suele ser automática: La realidad es contundente y cuando estamos en ella sabemos darnos cuenta con facilidad de que no es un sueño. Pero por el contrario, cuando estamos en el sueño no es tan automático. El hecho de dudar sobre la respuesta, nos da una pauta de que debe ser un sueño, porque en la realidad casi siempre nos damos cuenta en seguida de que no lo es. Podemos hacer entonces, para no tener ninguna duda, alguna de las siguientes pruebas:
* Intentar atravesarnos la palma de la mano con un dedo de la otra mano.
* Intentar volar.
* Mirar con detalle las cosas, especialmente los bordes. Si son borrosos se trata de un sueño.
* Mirar el reloj, o intentar leer algo. Si las letras y números cambian es un sueño.
* Encender una luz o activar un aparato y ver si reaccionan de forma extraña.
* Atravesar con nuestra mano una pared o cuerpo sólido.
* Movilizar objetos con la mente, o hacer aparecer algo.
Estas pruebas no sólo nos ayudan a determinar que estamos en estado de sueño y no de vigilia, sino que también sirven para “convencernos” de que estamos soñando y aumentar nuestra lucidez.
Es posible que le tome al menos una o dos semanas antes de tener su primer sueño lúcido, así que no se desespere. Recuerde también que su primer sueño lúcido probablemente sea muy corto y un tanto confuso. Eventualmente sus sueños lúcidos aumentarán en duración y frecuencia, al igual que se incrementará el control que usted tiene sobre los mismos.
IV. Qué se puede hacer
Una advertencia: Se deberá tener un propósito claro para los sueños lúcidos cuando se vaya a dormir. En otras palabras, cada noche se debe considerar qué se quiere hacer cuando se tenga un sueño lúcido, y seleccionar una cosa. En el mundo onírico las posibilidades son infinitas, pero aquí tienen varías ideas de lo que podrían intentar.
* Volar
* Atravesar muros o espejos
* Movilizar objetos con la mente
* Cambiar el entorno/paisaje
* Hacer aparecer/desaparecer gente y objetos
* Resolver problemas matemáticos simples
* Leer y recordar una vez despierto lo que se leyó
* Recordar durante el sueño algo que se propuso antes de dormirse
* Metamorfosear
* Tener sexo (difícil, pues la excitación provoca el despertar)
A veces, a pesar de ser conscientes de estar soñando seremos incapaces de manejarlo a nuestro antojo. En esos casos hay varias cosas que podemos hacer para aumentar nuestro control, como dar órdenes en voz alta (”¡Que esta persona desaparezca ya!” “¡Quiero volar!”) y sobretodo tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos: “Este es mi sueño y yo tengo el control”.
IVÁN A.SAAVEDRA
Fuente: http://www.conspiracionesocultas.es/?p=5336
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La Arquitectura del Sueño.
Mucha literatura hay sobre el mundo de los sueños, pero certezas pocas. Siempre se nos ha inculcado, que los sueños son fantasías, que no debemos tener en cuenta, recreaciones de la mente, que en esos periodos de descanso, emplea los recursos y los potenciales del cerebro, en crear ilusiones mientras se restablecen nuestras conexiones sinápticas. Mueren neuronas y nacen otras, y con ello también se nos dice que perdemos datos, perdemos memoria, espacios de tiempo son sustituidos unos por otros, como si tuviéramos un límite en nuestra capacidad de memorizar, esto evidentemente también es falso. Todos los eventos, son convenientemente guardados, así como en el periodo de sueño, lo que inconscientemente experimentamos, no es una ilusión cerebral, la memoria tampoco esta situada en nuestro cerebro.
Que desde la ciencia o la medicina académica, no tomen estas “recreaciones” mentales como algo no físico, puede ser normal, pero no casual. Esta claro que una de las formas de comunicación con nuestro Ser, sea omitida por los engranajes del sistema, es una parte mas de la manipulación que este sistema ejerce sobre nosotros. Solo unos pocos dan la importancia que merece a esos mal llamados sueños, mal llamados, porque no son ensoñaciones, si no realidad. Debemos entender que la realidad no es puramente física y material, y que no todo lo físico es realidad. No hay tampoco que ser un experto en física, para comprender que hay cosas que se escapan a nuestros sentidos. Hay que entender que no somos un simple cuerpo de carne y hueso, somos mucho más que esto. La espiritualidad tampoco arroja mucha luz sobre ese mundo onírico, y en las múltiples comunicaciones sutiles que existen, suelen omitir estos datos deliberadamente.
Cuando dormimos nuestro cuerpo entra en reposo, unos sistemas se aletargan y otros se sincronizan, todo lo físico se reevalúa, y nuestra mente consciente se desconecta, pero nuestra alma, nuestro Yo, sale de nuestro cuerpo y crea. Nuestra alma, es nuestra memoria, allí se almacenan todos nuestros recuerdos, conscientes e inconscientes, todas nuestras vidas, nuestro origen, lo de ayer y lo de mañana. Nuestra alma vive todos los tiempos a la misma vez, pasado, presente y futuro, y durante el sueño, escogerá dentro de las líneas temporales a nuestra disposición, la que mas se adecue a nuestra experiencia y elección, esto no sucede conscientemente, debido a que nuestra alma vive todos los tiempos pasados, presentes y futuros, en un mismo instante, somos incapaces de interpretar esas líneas temporales que viven mezcladas en un mismo Ser, una misma memoria, formando ese surrealismo que tiñe nuestros sueños.
Estas líneas de tiempo al formarse en un planeta cerrado como el nuestro, provoca la incomprensión de nuestro trabajo en la realidad sutil. Al volver a nuestro cuerpo, se nos borra la mayor parte de los datos, y la información que conservamos queda fragmentada y quedando aun mas incomprensible si cabe. No solo nos dedicamos a escoger líneas de tiempo, durante el periodo de sueño, también interactuamos con otros Seres, algunos conocidos en nuestra realidad consciente, otros lo fueron y otros lo serán en el futuro. Cuando recordamos eventos pasados o futuros, es una simple elección de nuestro Ser, para recopilar información que nos sea útil en el ahora. Cuando recordamos vidas pasadas, realmente estamos enviando a nuestra alma a esa línea de tiempo, que nos es necesaria para sanar algo en el ahora, un dato, que nos permita transformar nuestros conceptos cerrados. Los eventos si son futuros, pueden ser reescritos, por lo tanto es probable que solo sea una advertencia, algo que tomar en cuenta, pero no como algo escrito e inmutable, si no como algo por reescribir y modificar, una posibilidad que se nos hace evidente, para modificar nuestro ahora y no caer en ese posible futuro. Tanto las líneas pasadas como las futuras, convergen en el ahora, son múltiples posibles caminos hacia el futuro y múltiples caminos en el ayer, que fueron escritos, vidas completas que coexisten de forma paralela y que mueren y nacen en el hoy.
Al margen de esto, son varios los viajes de ida y vuelta los que hacemos durante la noche. En un periodo normal de sueño, es fácil que salgamos y entremos a nuestro cuerpo, unas tres o cuatro veces por noche, cuanto mejor y mas placido sea nuestro sueño, mas fácil será recordarlo todo. Irnos a la cama con la cabeza llena de problemas, creara una interferencia a la hora de escoger la línea de tiempo adecuada a nuestras necesidades. Si nos acostamos y nos dormimos con ese problema en mente, este seguirá interfiriendo y realimentándose de forma inconsciente, y nuestro Ser hará su búsqueda basada casi exclusivamente en ese dato concreto que te perturba, limitando considerablemente su trabajo, dentro de las posibles elecciones, creando un desenlace poco propicio y limitado en nuestro ahora.
Es muy importante tomar en serio nuestros periodos de sueño, ya que allí realizamos tareas esenciales que formaran parte de nuestro futuro inmediato, tomar los periodos de descanso de la forma adecuada, prepararnos para esos instantes, provocaran que accedamos a nuestra memoria interna, la verdadera fuente de conocimiento puro y sin adulteración posible. Esto provocara que si queremos recordar, nuestro Ser escoja la línea de tiempo en la que los gatillos se disparen y provoquen que esa información que guardamos en nuestro Ser aflore. Esto por indigesto que pueda resultar a la gran mayoría, es una realidad que he podido constatar en mí. Todos tenemos la capacidad de emplear ese tiempo de descanso, en trabajar con nuestro Ser para despertar fragmentos de conocimiento que guardamos en nuestra alma, que es nuestra memoria real, nuestro registro histórico, de vidas pasadas y futuras. El sueño es una pequeña muerte, es un viaje astral inconsciente, con la diferencia que en los viajes astrales normalmente no podemos trabajar con las líneas de tiempo de forma consciente, por norma general.
Si recopilamos toda la información que diariamente recordamos al despertar, poco a poco podríamos construirnos, un pequeño cuaderno de bitácoras, en el que poder rescatar esos sueños y despertar nuestra memoria, cuando la línea de tiempo que escogimos se aproxime a nuestro presente. Durante los periodos de sueño nuestro inconsciente también se reprograma, y suele repetir cientos de veces todas esas actividades que hemos ido aprendiendo durante el día, es durante estos periodos que se asimila toda la información y se repasa toda actividad nueva. Es natural que con el tiempo, ciertas tareas se acaben realizando de forma inconsciente, casi en un segundo plano, mientras nuestro consciente centra toda la atención en otros datos menos rutinarios. Esto también es consecuencia de un periodo de descanso bien empleado.
Empezar a tomar en cuenta este periodo que forma parte de la mayoría del tiempo que gastamos en nuestra vida, es una forma practica y sencilla, de encauzar tu vida de la forma adecuada a tus necesidades, tomándote a ti mismo y la memoria que guarda tu alma, como fuente indispensable, como el modo mas puro e intuitivo de adquirir todo el conocimiento que demandas en tu proceso evolutivo. Estar despierto y adquirir memoria y recordar a través de algo tan placentero como es dormir, no solo es sencillo y practico, si no que es a mejor forma de trabajar con tu Yo superior que no es mas que tu propia alma. Recordar debe ser la meta de todo Ser que viva bajo el yugo del velo, emplear tu tiempo de sueño en recobrar tu verdadera identidad es la forma mas económica y practica de lograrlo, ningún canal, ningún maestro o ningún gurú te dirá que esto se logra así de fácil, lo común hasta ahora, es que te llenasen la cabeza de técnicas y métodos que jamás dieron resultados, y que tienen un alto coste, no solo económico, si no también energético.
Deshazte de la idea de que los sueños son fantasías sin sentido, esas son ideas contaminantes que impidieron al Ser humano reencontrarse consigo mismo. Formarnos la vaga creencia que lo que sucede cuando dormimos no es real, esto ha sido uno de los mayores sortilegios que han impedido que lográramos recordar. El sueño, forma parte junto con otras tantas formas sencillas de vivir, la espiritualidad de forma plena, sana y autentica, sin intermediarios, ni complejos lenguajes, sin ceremonias, sin rituales y sin simbología, solo tú y tu Ser, en completa compenetración comunicativa, despertando en ti la verdad que guardas en tu interior y que espera aflorar impaciente.
Publicado por Ruben Torres
Fuente: http://lacosechadealmas.blogspot.com.es/2014/11/la-arquitectura-del-sueno.html
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El Astral : Holograma para mantener presa tú Conciencia.
Vivimos en un entorno virtual, un planeta prisión en el que cumplir condena por los siglos de los siglos. El cuerpo humano y el alma, que habita y vive preso en este planeta, tiene la particularidad y la capacidad de, desdoblarse conscientemente e inconscientemente. El alma que habita en el contenedor humano, tiene la capacidad de abandonarlo de forma momentánea mientras este se recarga y se reordena a través del periodo de sueño. Nuestra maquinaria física sufre un desgaste energético y precisa recargarse y reequilibrarse a diario para que funcione correctamente, pero el alma, la conciencia que habita ese contenedor, no precisa de ese descanso, así que durante el sueño abandona su vehículo y continua su labor creativa, continua trabajando por y para su propia experiencia, teje la realidad que próximamente formara parte de su realidad física, o simplemente da rienda suelta a su poder creador durante esas horas de sueño.
Como toda prisión, este planeta tiene un patio de recreo, donde esas almas que sufren condena, puedan realizar sus actividades bajo la atenta mirada de sus carceleros. Un patio donde dar rienda suelta a su creatividad y tener entretenida a esas almas en un entorno seguro y perimetrado, ese patio es el Astral. Podrás tener la capacidad de desdoblarte conscientemente o no, y simplemente tengas que dormirte para que tu conciencia salga al recreo y liberarse por unos instantes de la celda que es tu cuerpo para ella. Los viajes astrales no son mas que la capacidad de estar consciente y salir al patio en ese astral y materializar allí, lo que el dueño, de esa conciencia dentro de su madurez emocional considere. Por lo general, muchos de los viajeros del astral descargan allí sus frustraciones y reflejan en lo que crean, su amplio abanico de carencias, encarnando y creando todo aquello que en su modesta vida física no son o no logran ser.
El Astral no es mas que un holograma, diseñado y pensado para que el alma no pueda deambular libre, el plano físico es demasiado irreal y el astral es un lugar donde el poder del alma fascina a aquellos mediocres que dedican su tiempo a jugar en esa holográfica piscina de bolas, una guardería del alma bien diseñada y construida con un propósito muy bien pensado. La conciencia debe esta muy madura para identificar esto y evitar caer en esta trampa. Salir del holograma no es sencillo, pero alguien experimentado lo podría lograr si su voluntad así lo quiere. La mayoría de aquellos viajeros que dicen viajar por el espacio, visitar mundos o guerrear con entidades de todo tipo, no hacen más que jugar en ese entorno virtual, donde la conciencia es constantemente engañada. Esto no quiere decir que no se pueda salir y contemplar el universo, la conciencia no tiene limites y puede viajar allí donde la voluntad desee, sin importar tiempo o espacio.
El holograma consta de varias capas con las que mantener atrapado al rebaño que vive preso en esta mega factoría almica. La capa física donde el alma encarnada vive y experimenta a través de esos vehículos físicos, gestiona los sentimientos y las emociones, lidia con situaciones en las que el sistema mantiene entretenido a ese Ser, conflictos, dramas y un sinfín de expresiones en un amplio catalogo de experiencias que disfrutar a un módico precio. Una manera de vivir una vida, encerrada en una celda corporal, una especie de culebrón en primera persona, a través del mando de control humano. La siguiente capa es la que se crea para entretener al alma cuando desencarna momentáneamente mientras se recarga el joystick corporal con el que interactúa, mientras, el holograma dispone de un espacio virtual a la medida de su potente capacidad creadora y creativa. Por las noches miles de millones de conciencias salen de sus celdas, encadenadas a ese “cordón de plata” que le impide liberarse voluntariamente. La Luna como vigilante y testigo de excepción, una pupila atenta en el oscuro y profundo espacio, cuidando que ninguna alma se descarríe y trate de fugarse de la prisión. Esta capa es la que mas entretiene y mas análisis sesudos a dado pie, a los médicos del sueño, psicólogos y psiquiatras, una capa holográfica surrealista en el que el alma codifica de forma alegórica un mensaje, para su posterior interpretación consciente, pero que una vez enfundado en su traje humano es incapaz de decodificar. Esta puede repetir ese mensaje en forma de sueño recurrente cuantas veces necesite, que el Ser consciente, una vez despierto, inicia su rutina y se transforma en un torpe ignorante y es poco probable que den con el enigma. Damos poca importancia a los sueños, se nos ha enseñado que no son útiles o que son fantasías, recreaciones mentales sin importancia, hecho que es totalmente falso. La tercera capa es la que mas desesperanza ofrece a priori, ya que se trata del mecanismo que se activa cuando se rompe la cadena que mantiene atada el alma, a su cuerpo, esto lo tocare mas adelante.
Los sueños no son mas que formas en la que tu conciencia, tu alma, crea una imagen y una situación alegórica, llena de símbolos, personas y lugares reconocibles para que interpretes y des con la clave de un mensaje que es esencial en tu desarrollo en el juego. Despertamos y no damos importancia a eso surrealista y bizarro que soñamos anoche, una simbología incomprensible, una mezcla de personajes y de espacios, y una cosmología imposible de analizar debidamente. Cuando la consciencia entra en acción, reclamando tu atención y dando prioridad máxima a esas cuestiones físicas y emocionales que irrumpen en los primeros instantes, antes de tocar el suelo con el pie, ya habrás olvidado horas de trabajo de tu conciencia tratando de hacerte entender la clase de ganado que eres y el lugar al que, cada día tras un largo periodo de trafico y estrés, vas a pastar.
Es hora de que entendamos que el astral no es un lugar especial donde ir de visita y saciar tu curiosidad, es el lugar al que vamos todos cuando soñamos, lo que allí encuentras o bien son simulaciones o son creaciones mentales de nuestra conciencia tratando de formar situaciones que posteriormente recuerdes en tu estado consciente y asocies convenientemente. El holograma astral es una capa mas de la cebolla que forma el holograma Tierra, y cada capa esta compuesta a su vez de una solapada concatenación de capas, un laberinto donde mantener presa tu conciencia y ser un recurso provechoso.
Publicado por Ruben Torres
Fuente: http://lacosechadealmas.blogspot.com.es/2014/11/el-astral-holograma-para-mantener-presa.html
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La vía iniciática de los sueños: Un viaje por el apasionante mundo de la Onirodinámica
El mundo de los sueños, es un mundo que ha sufrido un profundo desprestigio en occidente. Con el paso de los años se le ha ido degradando hasta considerarlo como el mero basurero del inconsciente, o simplemente como un subproducto de la imaginación, destinado a quienes se pasan el día mirando a las musarañas o a los ilusos que no son capaces de mantener los pies en la tierra. Para muchos, un sueño no es más que aquello que anhelan conseguir, siendo parte de su mundo de fantasías, generalmente, inspirado más por faltas afectivas de la infancia que por el recuerdo real de quienes son y que han venido a hacer a este mundo.
Alrededor de un tercio de nuestras vidas lo pasamos durmiendo y sería estúpido pensar que semejante inversión carezca de un valor significativo, aún más siendo conscientes de que en el universo nada es gratis, todo tiene un sentido y una función más profunda de la que solemos imaginar. Véase un claro ejemplo: la respiración, algo tan simple que lo pasamos por alto, siendo esta la llave definitiva para la salud, la atención y el fácil acceso a nuevos niveles de conciencia.
Inclusive aquello que es generalizado sobre el mundo de los sueños en el amplio mercado de la espiritualidad, suele estar sujeto a aspectos puramente fenomenológicos que, sin restarle su valor intrínseco (que lo tiene), nos suele dejar en una fastidiosa orilla, en la que lo más relevante que ocurre es el ensanchamiento del ego espiritual de aquellos que logran tener alguna que otra experiencia…
Si queremos averiguar qué valor tienen realmente los sueños, primero deberíamos asentar las bases para entender a que llamamos soñar. Si observamos con detenimiento lo que nos dicen las antiguas tradiciones espirituales del mundo véanse: El Vedanta advaita, el Yoga, el Chamanismo Tolteca, el Tantra, el Tao y el Cristianismo en su origen, todas nos hablan de un principio manifiesto/activo y de un principio no manifiesto/receptivo tales como: Tonal/Nagual – Ying/Yang – Shiva/ Shakti – Jesús/María… la lista no tiene fin.
Incluso la física quántica hoy nos habla del Universo como un espacio vacío sin límites del cual surge lo manifiesto de forma milagrosa. De modo que tenemos un principio “vacío” que contiene al mundo y al mundo en sí. Un sueño es un espacio en el que ocurren cosas, es un mundo que durante la experiencia lo vivimos como real, siendo sólo al despertar cuando lo tachamos de irreal y tendemos a olvidarlo rápidamente según avanza el día. Cuando dormimos existe una fase en la cual no hay sueño ni manifestación alguna, de modo que los sueños emergen de la conciencia y se vuelven a sumergir en ella varias veces durante de la noche; a estas fases, en las que los sueños aparecen, se las conoce también como fases “Rem”.
Tanto el personaje que somos dentro del sueño, como el sueño en sí: lugares, objetos, personas, relaciones y eventos, emergen de manera espontánea de nuestra conciencia. De modo que podríamos decir que somos el sueño en sí, en su totalidad. Soñar, por tanto, significa la capacidad de crear de la nada un mundo a percibir, en el que podemos tener experiencias. “Hágase la luz” significa desplegar la consciencia en el infinito mar de la conciencia. El infinito mar de la conciencia es el océano quántico, es la vacuidad preñada de la creatividad sin límites del Universo, también conocido como Dios.
Existen diferentes niveles de lucidez tanto en los sueños como en la vigilia. La lucidez se caracteriza por la capacidad de darnos cuenta. Darnos cuenta es ser conscientes, y la manera más efectiva de ser conscientes es la de darnos cuenta de nuestra propia inconsciencia. La razón por la que solemos ser inconscientes en nuestros sueños es por la cantidad ingente de memoria que tenemos almacenada acerca de nosotros mismos. Desde la infancia almacenamos dicha memoria o información para así tener una descripción del mundo que se asemeje a la de nuestros semejantes. Así, literalmente aprendemos a soñar el mundo de la humanidad y de nosotros mismos cada día, a esto se lo denomina como: “la historia personal”
La historia personal es la información que tenemos almacenada en nuestros cuerpos. El ego no es más que el personaje resultante de esta información, basada sobre todo en conclusiones emocionales y en creencias heredadas de nuestros padres, la cultura y el tiempo que nos toque vivir. El ego, por tanto, no es más que un reflejo parlante y en apariencia real nacido de nuestra película interior. Este proceso nos priva de ser lúcidos o conscientes, al estar totalmente enganchados a la programación del canal de uno mismo, lo que conlleva a la repetición compulsiva del mismo contenido haciéndonos creer que esa es la única realidad posible. De este modo, cada vez que nos vamos a dormir nos vemos inundados por tamaña cantidad de contenido, que nos priva de cualquier posibilidad de ser conscientes durante el sueño. Este proceso se ve repetido también durante el día, ya que generalmente vivimos hipnotizados por el guion de nuestra película interior, sin apenas darnos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor.
La meditación y la actualización de la memoria se vuelven fundamentales para liberarnos de semejante atadura. Actualizar la memoria es un proceso natural del cuerpo que, si bien se puede realizar por medio de prácticas como el Hatha Yoga, o la recapitulación Tolteca entre otras, sucede de manea natural en el momento de morir, la ya tan conocida experiencia de ver pasar la vida como si de una película se tratase. Este proceso de liberación de la memoria inconsciente o corporal, nos concede la posibilidad de no identificarnos con nosotros, con nuestra historia personal, con nuestro ego, quedando al descubierto la esencia misma de la conciencia que no es otra que Dios o el principio creador en estado puro, sin manifestación, ni interpretación alguna.
De camino a tal liberación, nos encontraremos con episodios de desdoblamiento, sueños lúcidos, encuentros con otras formas de conciencia, extraterrestres, viajes a otros mundos, sanación a través de los sueños, inspiración artística desde el mundo onírico, ampliación de la capacidad de percibir en la vigilia, mayor riqueza en el aprendizaje de la vida y así un largo y extenso etcétera.
La parte iniciática aparece cuando nos hacemos conscientes de que somos el sueño en sí y nos fundimos en el potencial del cual emergen todos los sueños. Podemos vivenciar el sueño sin sueños de manera consciente, darnos cuenta de que también estamos creando el mundo que nos rodea durante el día y que además de ser un humano en el planeta tierra, somos un gigante que sueña. Y ese sueño eres tú, soy yo, ese gigante es Dios.
Sergio Villoldo
Fuente: http://senderodelmago.blogspot.com.es/2014/08/la-via-iniciatica-de-los-suenos.html
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Los Seres que Habitan la Noche
El Mundo de los Sueños, sigue siendo un misterio incluso hoy en día.
La ciencia no ha dado correcta respuesta a los que sucede en los sueños, pero en esta ocasión, no vamos a hablar sobre las teorías científicas o las explicaciones psiquiátricas que a los sueños se les ha dado, en esta ocasión, vamos a hablar sobre los seres que habitan dentro de nuestros sueños.
En algunos casos seres benéficos y en otros maléficos según las más viejas tradiciones repartidas por todo el Mundo.
fuente: http://www.mundodesconocido.es/los-seres-que-habitan-la-noche.html
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Dormir bien
Dormir es morir.
Si dormir es morir, es muy importante dormir bien para que estemos ‘bien muertos’, pues al estar bien muertos mientras dormidos, accederemos a los planos espirituales donde nos encontramos con los guías espirituales y también con nuestros seres queridos. Ahí en esos planos espirituales realizamos (prácticamente a diario) una visita ‘real’ a nuestro verdadero hogar. Y es que nuestro verdadero hogar no está lejos, está cera, muy cerca; ese hogar es ‘un lugar’ completamente familiar y amoroso que tenemos siempre ‘a mano’.
Es verdad que para la mayoría de las personas estos contactos que tienen lugar durante el sueño de la noche no se recuerdan, pero que no se recuerden no quiere decir que no existan.
Dormir no es lo que parece.
Morir no es lo que pensamos.
Las ‘informaciones’ que recibimos durante el sueño son informaciones que nos llegan en cierta medida “codificadas”; estas informaciones codificadas las vamos luego ‘decodificando’ poco a poco (cuando lentamente caemos en la cuenta de cosas), o podemos decodificarlas de golpe (aquella premonición que tuvimos en un sueño y que la vemos ‘cumplida’ delante de nuestros ojos en tan sólo un segundo, por ejemplo en una situación azarosa, en un accidente, en un encuentro fortuito…)
Por todo eso es muy importante dormir bien. Es importante porque si no dormimos bien es mucho más difícil el ‘contacto’ con ese mundo espiritual que tiene lugar durante la noche. Una buena noche nos predispone para un buen día. Una mala noche nos condiciona todo lo que luego vamos a hacer durante la jornada. La noche debería ser un tiempo para recobrar aliento y no para perder energía. Cuanto más desarrollo espiritual tiene una persona, más valora el espacio de la noche. La noche y su misterio, que no es otra cosa que todo eso sagrado que resuena dentro de nosotros y que durante el sueño lo escuchamos amplificado.
Para dormir bien recomiendo algo que suele funcionar: caminar antes de irnos a la cama. Con quince o veinte minutos es suficiente. Sé que muchos estaréis pensando lo difícil que es hacerlo, pero os recomiendo intentarlo tan sólo durante unos días, veréis el efecto que tiene. Recomiendo que se haga a paso lento e intentando tener muy pocos pensamientos en la cabeza ( o ninguno). Después de hacer esto, y antes de meteros en la cama, no miréis ninguna pantalla electrónica (ordenador, televisión o teléfono móvil) pues la ‘impresión’ de la pantalla nos la llevamos a la cama. La última media hora antes de acostarnos, nada de aparatos.
Un amigo con el que paseé en el pasado durante bastantes noches decía que en los paseos que damos antes de irnos a la cama hay que dejar que el Cielo caiga sobre nosotros. Pues eso, dejemos que el cielo caiga. Que el Cielo venga.
Para complementar este apunte que tiene una duración de poco más de treinta minutos. Sin duda estamos a las puertas de grandes descubrimientos que nos van a permitir salir del ‘sueño’ en el que vivimos. Este vídeo es el ‘aperitivo’ para comenzar a cambiar nuestra visión de las experiencias cercanas a la muerte, también de eso que llamamos experiencias místicas, ‘contactos alien’ y un montón de cosas más. Trata el vídeo sobre una cosa llamada “la fase”, algo que ha estado silenciado durante mucho tiempo, algo que también han intentado ocultarnos.
http://masdeciencaballossueltos.blogspot.com/2013/11/dormir-bien.html
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=3qzstR5URG8
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El sueño lúcido puede servirte para resolver problemas prácticos
Pasamos un tercio de la vida durmiendo: queramos o no, a veces soñaremos, pero existen técnicas capaces de ayudarnos a utilizar creativamente los paréntesis del sueño.
El sueño ha sido utilizado en diversas tradiciones filosóficas y religiosas como ese libro infinito donde todas las respuestas pueden conocerse, incluidos los secretos del futuro, y los más reticentes, los del pasado. Pero aprender a utilizar el sueño lúcido no es una prerrogativa única de los monjes budistas o los chamanes: Deirdre Barrett, profesora de psicología en Harvard y autora de The Committee of Sleep realizó un experimento donde puso a prueba la intención y la voluntad de 76 sujetos para resolver un problema concreto a través de sus sueños.
Los 76 voluntarios debían resolver problemas elegidos por ellos mismos, como el lugar al que querían ir a la universidad, cómo resolver un asunto doméstico o profesional o simplemente planear sus vacaciones. Las instrucciones eran concentrarse en su problema mientras se quedaban dormidos y registrar por escrito sus sueños durante una semana. Al terminar la semana, cuando los materiales fueron revisados por el equipo de la dra. Barrett, encontraron que un tercio de los voluntarios habían resuelto su problema durante el sueño.
¿Cómo es esto posible? Tal vez la teoría de la atribución de C.G. Jung sea de ayuda: según Jung, no existe una “tabla Rosetta” o significado correcto de las imágenes que aparecen en nuestros sueños, lo cual no quiere decir que las imágenes no tengan significado; es el soñador el que, al atribuirles relación con su mundo interior y su particular universo de símbolos, puede registrar los cambios en su vida (como estados de ánimo, ansiedad, incluso alegría al despertar) interpretando sus propios sueños como mensajes hechos a la medida del soñador mismo.
Así, por ejemplo, un estudiante que no sabía si estudiar en Massachusetts o en California tuvo un sueño donde volaba un avión, pero un motor tenía problemas. Cuando le sugirió al piloto que aterrizaran de emergencia en Massachusetts, él le respondió que era mejor “dirigirse a la brillante luz del Oeste”, es decir, hacia donde California se encuentra con relación a Massachusetts.
La terapia de ensayo de imágenes (“imagery rehearsal therapy”, o IRT) es un método activo y diurno para influenciar los sueños, a través del cual los psicólogos ayudan a las víctimas de trauma o estrés postraumático. Consiste en reprogramar durante la vigilia alguna imagen perturbadora o de pesadilla: si en tu sueño aparece un monstruo, escribe una versión “feliz” de tu sueño, colocando en su lugar a un gatito; si aparece un callejón oscuro, escribe que ocurre en una calle soleada, en un día hermoso. Los participantes de este tipo de terapias visualizan esos “lugares felices” durante 15 minutos; pacientes del VS San Diego Healthcare System completaron un curso de terapia IRT, y luego de cinco semanas las pesadillas disminuyeron 33% en todos los casos.
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/09/el-sueno-lucido-puede-servirte-para-resolver-problemas-practicos/
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¿Estamos hechos de la misma substancia de la que están hechos los sueños?
La memorable frase de Shakespeare refleja una verdad poética que trasciende el tiempo: antes que polvo de estrellas, somos materia de sueños.
Siempre regresamos a algunas ideas o frases que resuenan en el centro de nuestra conciencia. Nadie dudara que la obra de William Shakespeare se encuentra entre los más altos puntos que la mente humana ha alcanzado; y entre su obra, hay algunos momentos que resuenan con un entendimiento de la condición humana y de la naturelaza del mundo que son difíciles de igualar, que conmueven al espíritu, que podemos considerar verdades poéticas. Mucho se ha dicho de Shakespeare, el personaje: especulaciones sobre sí era un sólo hombre o si era el seudónimo de alguien más (existe la teoría esotérica avanzada por Manly P. Hall de que Shakesapeare era el nombre de pluma de Sir Francis Bacon,”uno de los iluminados de todas las eras”); más allá de este fascinante misterio detectivesco que surge ante la vastedad de su obra, podemos decir que al menos simbólicamente Shakespeare era todos los hombres y en su obra está el mundo, con sus sombras y sus fulgores. Borges atinadamente captura esta universialidad que rezuma a través de la obra shakespeariana: “¿Los fervorosos que se entregan a una línea de Shakespeare, no son, literalmente, Shakespeare?”.
Quiero regresar a una frase de Shakesepeare, una de las más citadas, aquella que dice “somos la misma substancia de la cual están hechos los sueños”. Esta frase sencilla y a la vez enigmática, aparece recurrentemente para dar a entender una idea que aparece en la historia de la literatura y el misticismo: que la vida es sólo un sueño –una frase que tiene, sin embargo, una gran profundidad de significado y diversas acepciones. La frase aparece en el cuarto acto de La Tempestad, y es dicha por Prospero, el hechicero (basado en el mago John Dee) que comanda a los espíritus elementales, exiliado en su isla. El diálogo entero, dicho en un momento de desconsuelo, enriquece la frase:
“Nuestros festejos han terminado. Estos actores nuestros/,
como te avisé, eran todos espíritus, y/
se han fundido en el aire, en sutil aire/,
y, como la tela sin cimiento de esta visión/,
las torres coronadas de nubes, los espléndidos palacios/,
los solemnes templos, y la misma gran esfera/,
con todo lo que le pertenece, se disolverá/,
y, como este efímero espectáculo/,
no dejará rastro alguno. Estamos hechos de la misma sustancia/
de la que están hechos los sueños/,
y nuestra pequeña vida se encierra en un sueño.”
William Shakespeare
From The Tempest, Act 4 Scene
Mucho se pierde en la traducción, pero más allá de un análisis poético, tenemos aquí una de las rendiciones más lúcidas, a mi juicio, de toda la historia de la literatura de esta relación entre el sueño y el mundo, y ya no sólo de que la muerte hará de la vida un sueño, disolviendo nuestros actos, sino la inferencia de que la naturaleza misma es cosa mental. Esta cualidad onírica inherente hace que la vida sea fundamentalmente teatralidad, sólo tan significante como una obra de teatro ( a play, que es también sólo un juego). En el momento más álgido, Prospero tiene esta conciencia: la dicha y el sufrimiento se desvanecerán (nos enamoramos de fantasmas). Es una tragedia pero también es una bendición: si somos la misma substancia de la cual está hechos los sueños, podemos andar con ligereza y disfrutar de estas visiones insubstanciales que componen nuestra existencia. El mismo concepto, la impermanencia, en el budismo es la clave del despertar o la iluminación.
Es un lugar común en la literatura, decir que la vida, que todo es un sueño –y así esto es el cliché recurrente del cine moderno también. Pero no por eso se resta importancia a este entendimiento, el atisbo fundamental de la conciencia. Borges, en sus innumerables citas, nos muestra una variación de la misma idea, entre el teatro y el sueño:
En el siglo XVIII, Addison lo dirá con más precisión. “El alma, cuando sueña —escribe Addison—, es teatro, actores y auditorio.” Mucho antes, el persa Umar Khyyam había escrito que la historia del mundo es una representación que Dios, el numeroso Dios de los panteístas, planea, representa y contempla, para distraer su eternidad; mucho después, el suizo Jung, en encantadores y, sin duda, exactos volúmenes, equipara las invenciones literarias a las invenciones oníricas, la literatura a los sueños.
Según la literatura védica y la literatura gnóstica, la sustancia del mundo es la mente. En la actualidad solemos decir “somos polvo de estrellas”, para significar que estamos hechos de esta misma sustancia original que compone a las estrellas; pero incluso de manera más básica somos sustancia onírica, polvo de sueños, las mismas estrellas son materia de sueños. Esta es la gnosis que al poetizar Shakespeare logra dotar de una fuerza que, a diferencia de los actores (que son meros fantasmas), permanece.
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/09/somos-la-misma-substancia-de-la-que-estan-hechos-los-suenos/
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LOS SUEÑOS LUCIDOS
Los sueños lúcidos, ¿qué son?
Los sueños lúcidos son aquellos sueños en donde sabemos que estamos soñando mientras vivimos la experiencia. Esta realización, saber o “darnos cuenta”, nos permite actuar deliberadamente en nuestros sueños, con la confianza de saber que nada nos puede ocurrir dado que estamos soñando. Por este motivo es que también son conocidos como “sueños conscientes”.
Generalmente pasamos por la vida sin cuestionarnos acerca de la naturaleza de la realidad que experimentamos, y reaccionamos mecánicamente según nuestros condicionamientos previos a los desafíos que se nos presentan. Durante la noche cuando dormimos y soñamos, continuamos con esta rutina y reaccionamos ante los hechos y objetos oníricos como si fueran absolutamente “reales”, perdiéndonos la oportunidad de disfrutar y explorar todo el potencial del mundo de los sueños con completa libertad.
Mediante la concentración y la atención, es posible cambiar estos patrones, para vivir nuestros sueños completamente “despiertos”, dándonos cuenta de que estamos soñando mientras lo hacemos. La sensación de este “despertar” es imposible de describir, hay que vivirlo. Las posibilidades que se abren son enormes, y el potencial para crecer y enriquecer nuestras vidas es de un enorme valor, como veremos más adelante.
Esto no es una fantasía esotérica ni tampoco una forma de visualización o imaginería que se confunde con un sueño; como iremos viendo en los artículos del sitio, es una realidad demostrada por la ciencia, un fenómeno, que si bien es considerado como algo paradójico ya aún extraño para los científicos, ha sido demostrado en laboratorios del sueño.
El objetivo del sitio es compartir con ustedes las técnicas que permiten desarrollar esta habilidad, la cual es todo un arte en si misma; de esta manera, podemos acceder despiertos al disfrute de la totalidad de la vida, durante el día y la noche…
La ciencia y los sueños lúcidos
Hasta la década de los 70′s, hablar de los sueños lúcidos era un asunto relegado solo a cerrados círculos esotéricos y tradiciones contemplativas, en donde ni siquiera a los devotos novatos se les hablaba abiertamente sobre el tema; era una práctica solo para verdaderos iniciados.
La primera vez que se abordó el tema de manera científica, fue para 1968, en el libre “Lucid dreams”, escrito por CeliaGreen. En el texto se analizó la experiencia de sujetos experimentales como de la literatura, y se pudo concluir que la lucidez onírica era una experiencia válida, diferente a la de un sueño ordinario. Además especuló sobre una serie de asuntos que resultarían ser ciertos, como por ejemplo la asociación del fenómeno con la fase REM del sueño.
Aún la ciencia no reconocía el fenómeno como válido o digno de estudio; se pensaba que los sueños lúcidos no eran más que alucinaciones producidas por relajación en la vigilia. No se podía aceptar la formula conciencia + sueño, o era lo uno, o lo otro, pero no todo a la vez.
Solo durante la década de los 70′s, surgieron evidencias a favor del fenómeno, cuando los investigadores como parapsicólogo Keith Hearne utilizaron el hecho de que los músculos de los ojos continúan activos durante el sueño REM (a diferencia del resto del cuerpo, que en condiciones de sueño normal queda paralizado), para realizar pruebas con soñadores lúcidos en donde les pedían que replicaran un determinado patrón de movimiento de ojos durante la experiencia onírica. Luego se verificaba el patrón con lo acordado, junto con los demás datos biológicos registrados del voluntario, para así comprobar que efectivamente se encontraba soñando mientras daba las señales.
Además estos movimientos “pre-acordados” servían, y aún sirven, para investigar que es exactamentelo que ocurre en el cerebro del soñador justo en el momento en que el sueño se torna “lúcido”. De todas maneras, durante esa época los resultados de los experimentos no fueron ampliamente distribuidos ni reconocidos.
Solo durante los años 80, se estableció consenso científico sobre la validez del fenómeno, cuandoStephen Laberge, de la Universidad de Stanford, llevo a cabo sus experimentos en laboratorios del sueño, como parte de su disertación de doctorado. LaBerge continua sus experimentos en la actualidad en aquella Universidad, y se han refinado ampliamente los métodos para establecer y catalogar adecuadamente el fenómeno.
Cómo recordar los sueños
Uno de los primeros pasos en el camino de la lucidez onírica, consiste en el recordar lo soñado durante la noche. Esto porque de partida, ¿de qué serviría tener un sueño lúcido si después no vamos a recordar la experiencia?.
Comúnmente las personas no recuerdan casi nada de lo que ocurre durante la noche, a pesar de ser tremendamente significativo, no porque sea algo extremadamente difícil, sino que porque nuestra atención está enfocada en las actividades diurnas y externas que realizamos. Esto es normal al comienzo, y esta “traba” al mundo de los sueños puede ser fácilmente superada enfocando nuestra atención un poco más hacia adentro.
Antes de dormir, lo primero que debemos hacer es aclarar un poco la mente. Esto lo puedes lograr enfocando por unos minutos tu atención en la respiración, dejando que los pensamientos pasen por tu cabeza sin retenerlos o elucubrar sobre ellos, como si fueran nubes que pasan por el cielo de tu conciencia. Esto es una técnica clásica de meditación. Si lo anterior no te resulta cómodo puedes intentar visualizar algún lugar agradable e intentar disfrutar y relajarte en ese lugar mental, o puedes rezar de acuerdo a tu credo religioso. Todas estas cosas ayudan a despejar la mente.
Una vez que sientas que la actividad “frenética” de la mente ha decantado un poco, y sientes cierta claridad interior, el siguiente paso es proponerte recordar tus sueños cuando despiertes, o más bien, proponerte “recordar” que tienes que “recordar” tus sueños al despertar; suena bastante extraño, pero es así – al comienzo es típico proponerse recordar los sueños pero al despertar se nos olvida, y después de un rato después de haber despertado es muchísimo más difícil el procedimiento.
Un “tip” muy útil es que al despertar, intentemos por unos momentos permanecer completamente inmóviles mientras recordamos nuestros sueños. Está demostrado que de esta manera los cambios que se dan en nuestros cuerpos y cerebros al pasar del sueño a la vigilia se dan de manera más gradual, lo que facilita el acceso a la memoria de los sueños; los cambios bruscos en la química de nuestro cerebro hacen difícil recordar nuestros sueños, tal como se ha visto en los laboratorios del sueño.
Por último, un consejo importante es no decepcionarse con los primeros resultados. Es normal al comienzo solo recordar pequeños fragmentos o sensaciones. Con el tiempo y la práctica es posible recordar no solo sueños completos, sino que varios sueños durante la noche, hasta cuatro o cinco, con todos los detalles. Es un arte que requiere de práctica y disciplina.
Escribe un diario de los sueños
Ahora ya sabemos lo básico y seguramente ya podrás recordar algunos sueños con más facilidad si sigues los consejos del artículo anterior. El siguiente paso es sumamente útil para la mayoría de las personas; llevar un diario con tus sueños estimula al subconsciente haciéndole saber que los sueños son importantes – el mismo hecho de saber que debes llevarlos al papel estimula su memoria.
Entre las opciones que debes barajar para ir registrándolos, está la clásica libreta o diario, y también una grabadora; hay las hay digitales y son muy fáciles de usar. Otra opción es el escribir los sueños directamente en la computadora. Algunas personas los graban primero con su voz, para luego con más tiempo pasarlos a la computadora. No importa el método que uses, lo importante es que seas consistente para que este verdadero entrenamiento de la memoria onírica tenga efectos acumulativos en el tiempo.
Si usas una libreta o grabadora, lo ideal es que las mantengas al costado de tu cama, siempre en el mismo lugar, para tener la comodidad de alcanzarlos al despertar sin mayor esfuerzo ni tiempo perdido; las memorias de nuestros sueños suelen ser bastante “volátiles”, se desvanecen con facilidad.
Entonces el procedimiento es así de sencillo: nos despertamos, recordamos nuestro sueño, y luego lo escribimos o grabamos. Si al comienzo solo recordamos vagas sensaciones o sentimientos, eso está bien, entonces escribimos eso. Con el tiempo y la práctica es posible alcanzar una gran maestría en esto de recordar los sueños, como lo comentamos en el artículo anterior. Practicantes avanzados, incluso son capaces de mantener la lucidez onírica durante toda la noche, a través de todos los sueños y fases del dormir, pero vamos paso a paso…
Reconoce los signos, ¡estás soñando!
Ahora que ya sabemos como recordar nuestros sueños, y además llevamos un diario o registro de los sueños que vamos teniendo, podemos seguir con el primer gran paso hacia la lucidez onírica, el reconocer los signos que más adelante nos van a decir de que estamos soñando, liberándonos de la ilusión, o más bien dicho liberándonos a la ilusión.
Revisa tu diario frecuentemente, y comenzarás a detectar temas y experiencias recurrentes en los sueños. A medida que los encuentres, anótalos en un listado aparte, y comienza a clasificarlos. Cada persona tiene sus propios signos y temas que se repiten, por lo que debes prestar total atención al contenido de tus sueños para reconocer estos patrones.
Te puedo ayudar compartiendo mi propia clasificación que he catalogado con el tiempo de práctica; la mayoría de estos temas por lo que he investigado son bastante recurrentes en muchas personas. De todas maneras debes buscar los tuyos propios:
Lugares del pasado
Es común que los sueños tengan lugar en escenarios prestados de tu pasado, por ejemplo la casa de tu infancia o el lugar al que visitabas en los veranos durante tu juventud. También es posible que la trama se desarrolle en tu antiguo colegio o universidad. Al subconsciente le encantan estos lugares, sobretodo si tienes buenos recuerdos de ellos.
Personas del pasado
El encuentro poco probable con personas que no has visto hace demasiado tiempo es otros elemento típico. También puede ser con algún ser querido que haya fallecido ya en el pasado – este último caso te permitirá, cuando seas capaz de alcanzar la lucidez, de entablar conversaciones y disfrutar junto a ellos de un buen rato en el mundo de los sueños…
Situaciones del pasado
Es común encontrarse en situaciones típicas de otros momentos en tu vida, que a veces pueden ser incluso apremiantes; por ejemplo si estuviste en la universidad cursando una exigente carrera por muchos años, es muy probable que de tanto en tanto te encuentres dando algún examen; esto también le ocurre a los escolares. En este caso imagínate, la lucidez te libra de tener que dar un examen demás en tu vida, que podría ser mejor…
Vibraciones en el cuerpo o en el entorno
Este es un signo útil para esos momentos en que nos estamos quedando dormidos o justo al despertar. Incluso puede que te encuentres completamente paralizado, ya sea en algún escenario en tus sueños, o tendido en tu cama, sin poder ni hablar. Paradójicamente, si reconoces este signo, es el mejor momento para comenzar un sueño lúcido o una experiencia fuera del cuerpo (OBE, “Out of Body Experience”, lo que por supuesto es una tema que debe ser estudiado por la ciencia para ser validado apropiadamente; esto lo discutiremos más adelante), dado que en estos momentos nuestro cuerpo permanece dormido pero nuestra mente está “despierta” – todas las noches durante nuestros sueños nuestro cuerpo naturalmente se paraliza, para que no actuemos nuestros sueños; a veces nuestra mente o conciencia “despierta” un poco antes, y puede ser aterrador el no poder moverse ni hablar – por el otro lado, para un soñador lúcido es una espectacular oportunidad para comenzar un gran viaje.
En ocasiones se pueden percibir vibraciones en el entorno, como si lo que nos rodeara estuviera “vivo”. Esto también puede ocurrir en sueños, e incluso una sensación de profunda comunión con lo que nos rodea; este puede ser otro signo onírico.
Cambios bruscos de escena
Es típico de la realidad onírica, que sigue sus propias reglas; estamos en un lugar, haciendo lo que sea, y de pronto nos encontramos en un lugar completamente diferente, haciendo otra cosa, y “algo” no calza, pero no sabemos exactamente que es. No tenemos un claro recuerdo de como llegamos al lugar donde estamos. Excelente signo para despertar.
Objetos o situaciones bizarras
Al mundo onírico le encanta ser “extremadamente” creativo. Es posible que nos encontremos intentando abrir una puerta usando como llave una hermosa pintura que acabamos de terminar, o que un amistoso o también temible dinosaurio nos acompañe al trabajo. En los sueño, todo puede ser. Estas situaciones “imposibles” pare le mundo de la vigilia, son también un muy útil despertador.
Estos temas son los más recurrentes en mis sueños, pero también es común para muchos el encontrarse cayendo sin parar, el funcionamiento bizarro de electrodomésticos (por ejemplo los relojes en los sueños suelen mostrar extraños símbolos en vez de la hora), encontrarse desnudo…. Debes buscar por tus propios “despertadores”.
Este paso es más que una simple práctica preliminar. Es bastante común comenzar a tener sueños lúcidos después de haber reconocido algunos temas claves en nuestros sueños. Esta forma de lucidez recurre a la memoria y al reconocimiento de situaciones externas; en etapas más avanzadas, es posible alcanzar o más bien mantener constantemente la lucidez a través de la “eseidad” de la realidad que se experimente – un concepto difícil de explicar, pero es el reconocer un sueño “porqué si” – sencillamente sabes que estás soñando cuando duermes. Esto sobrepasa el alcance del artículo, pero es un interesante tema relacionado con la meditación y la penetración en la esencia de la realidad.
Consejos y tips antes de comenzar
Ahora que ya puedes recordar tus sueños, y eres capaz de reconocer tus propios signos oníricos (este reconocimiento es en si mismo ya un método para tener sueños lúcidos), estás en condiciones de dar el próximo paso: escoger alguna técnica o set de técnicas para finalmente lograr la lucidez en los sueños.
Al respecto, hay una máxima espiritual que aplica muy bien a esta disciplina:
Si funciona para otros, no significa que funcione para ti.
Si funciona para ti, no significa que funcione para otros.
Incluso si crees que funciona para ti, no significa que en realidad esté funcionando
Por lo mismo debes experimentar y practicar con disciplina y también mucha paciencia; al respecto es importante ser objetivo con las experiencias, los avances, y no auto-convencernos de cosas.
A la mayoría de las personas les toma bastante tiempo el poder obtener el control de sus sueños, varios meses o años, por lo que no debes desesperar; piensa que estás intentando profundos cambios en tu forma de mirar y enfrentar la realidad, cambios que no tan solo afectarán tu vida onírica, sino que también durante la vigilia permitiéndote una “atención” más potente y refinada.
No intentes con demasiadas ganas o fuerza; lo más seguro es que de esta manera termines agotado y no descanses bien por las noches. Deja que tu intención sea natural y gradual, para que con el tiempo sea algo instintivo para ti. Si de pronto te sientes cansado o frustrado, deja la práctica por un tiempo para retomarla en otro momento.
Es ideal que comiences con esto de la lucidez onírica durante algún período tranquilo en tu vida, donde efectivamente dispongas de suficiente tiempo para dedicarle a tus sueños y vida interior. Las vacaciones son un momento especialmente indicado para esto.
Técnica MILD
La técnica MILD (Mnemonic Induced Lucid Dream, o en español, Inducción Mnemónica de Sueños Lúcidos), fue desarrollada, o más bien dada a conocer al público general por Stephen Laberge, de la universidad de Stanford.
Es sencilla de aplicar, y se usa cuando despiertas de un sueño y te vuelves a dormir. Mientras esto ocurre debes:
Recordar el sueño reciente
Antes de quedarte nuevamente dormido, recuerda lo mejor que puedas el reciente sueño.
Desarrolla la intención
Mientras te quedas dormido, repite la frase para ti mismo : “Me voy a quedar dormido y voy a soñar. Voy a recordar esto y me voy a dar cuenta cuando esté soñando”, o algo por el estilo con el mismo significado. No basta con repetirlo mecánicamente, debes verdaderamente “quererlo”; tienes que poner mucha intención en lo que dices.
Visualiza
Una vez que sientas que intención está bien “fijada”, visualiza el sueño del cual acabas de despertar, e imagina que dentro del mismo te das cuenta de que estás soñando. También ayuda imaginar que cuando te das cuenta, realizas alguna actividad “onírica” de tu especial gusto, como por ejemplo volar.
Repite los pasos anteriores
Mientras te quedas dormido, tu mente comenzará a irse para todos lados; debes “traerla” de vuelta a tu objeto de atención, fijar la atención y visualizar, fijar la atención y …….. hasta quedarte dormido. Por este motivo es que se hace un paralelo entre la meditación y la lucidez onírica – todas las formas de contemplación practican el “traer de vuelta” la mente al momento presente.
Si tienes éxito, te encontrarás soñando y te darás cuenta de aquello. Personalmente, me he dado cuenta de que con práctica la técnica MILD incluso funciona al quedarte dormido por primera vez al irte a dormir por la noche, tomando para visualización algún sueño de la noche anterior o una visualización creada en el momento, pero es muchísimo más fácil practicar la técnica durante las últimas horas de sueño por la mañana, debido a la mayor densidad REM después de haber dormido varias horas.
Esto aplica a todas las técnicas; es muchísimo más fácil tener sueños lúcidos durante las últimas horas de sueño, por lo que te recomiendo dormir normalmente durante la primera parte de la noche, para comenzar tu práctica temprano justo antes de que amanezca.
Fuente: http://senderodelmago.blogspot.com.es/2012/09/los-suenos-lucidos.html
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DORMIRNOS CORRECTAMENTE, DESPERTARNOS CORRECTAMENTE…Del libro TAMBIÉN VIVIMOS MIENTRAS SOÑAMOS de J.Trigueirinho
Al prepararnos para dormir el yo superior reúne todas las energías disponibles y las lleva hacia la región del centro cardíaco. Importa acompañar este movimiento para interiorizarnos y partir hacia un sueño tranquilo, en dirección a niveles más profundos.
Cuando seguimos ese movimiento del yo superior, debemos descartar los pensamientos que pasan por el cerebro.
Cuando el cuerpo físico y el cerebro duermen, el alma se recoge en su propio nivel: la cuarta dimensión, la mente superior, o el llamado plano más alto del mental. Desde ahí, el alma puede, o no, enviar impresiones para los cuerpos de la personalidad. Si éstos estuvieran preparados y en reposo, pueden ser atravesados por los mensajes del alma y transmitidos del mental al emocional, del emocional al etérico y de éste al cerebro físico. Así, cuando después del sueño despierte habrá registrado en el cerebro lo que envió el alma. Si no fuera posible obtener una apropiada relajación, el mensaje no podrá pasar ni siquiera las barreras del mental, nivel más próximo a la región del alma.
Si en el proceso de relajarnos percibimos que las preocupaciones del día aún nos acompañan, podemos usar el recurso de recapitularlas a la inversa. Tal revisión debe ser calma, atenta e imparcial, para no promover nuevas asociaciones con hechos ya vividos. El efecto práctico de este trabajo es que todo lo que sucedió en el día se desarrolla en el cerebro, como episodios de una película, y acaba liberándose.
Si se duerme la persona durante esta recapitulación no tiene importancia si la intención ha sido de completarla, ya que el proceso de recapitular puede continuar mientras dormimos.
Conviene recordar que precisamos que el emocional permanezca en estado de relajación, porque la contraparte etérica del cerebro queda en contacto con él, recibiendo tanto sus corrientes positivas como las negativas.
Si el emocional no se relaja antes de comenzar el sueño, permanece en contacto con los cuerpos emocionales unidos y, entonces, recoge sentimientos, impresiones y sensaciones experimentadas durante el día. Debido a su capacidad de dramatizar, con el material recogido, crea una historia, historia que el cerebro registra y presenta como si fuera un sueño auténtico.
Podemos relajar el emocional procurando una buena posición para dormir -aquella en al cual el cuerpo se sienta más libre y a gusto- y liberando al cerebro de los hechos del día a través de una recapitulación a la inversa. A esta altura, el emocional debe estar deseando tener una noche tranquila, que el cuerpo físico y el cerebro se duerman y que él mismo esté listo para servir de transmisor a los mensajes del alma.
En el momento de la recapitulación, el emocional asume la tarea de desidentificarse de todo lo que ocurrió durante el día, y se relaciona con el deseo de tener una noche calma e instructiva..
El mental pensante, o mente concreta, también es capaz de producir sueños por cuenta propia, porque cuanto ocurrió durante el día, en la vida cotidiana, queda impreso en ella.
El trabajo en el cuerpo mental nos permite aprovechar la energía de la voluntad, que no se encuentra en otros cuerpos de la personalidad.. Para no sufrir influencias de pensamientos externos, individuales o colectivos, basta que antes de dormirnos construyamos una protección diciéndonos lo siguiente: No quiero que el mental registre lo que pasa fuera de mí, ni que haga contactos con quien haya estado durante el día, porque no quiero soñar lo que sueñan esas personas, ni tener sus pensamientos impresos en mi cerebro.
Resumen : Pasos que preparan a los cuerpos para el sueño
– Relajación del físico
– El trabajo del cerebro recapitulando a la inversa los acontecimientos del día
– El deseo emocional de tener una noche instructiva
– La voluntad mental de no sufrir interferencias.
Otra técnica:
Consiste en un cuidado especial de ese momento límite que precede al dormirnos, momento en el que no estamos ni despiertos ni dormidos, en el que vamos perdiendo la conciencia y entrando en lo onírico. Ahí, el último pensamiento conciente debe ser positivo y estar imbuido de la voluntad de ir hacia un nivel bien alto, superior: un pensamiento que sea la afirmación de un mundo espiritual. Esto determina una vida de sueños más adulta.
Este procedimiento no es sólo válido para cada una de nuestras noches sino también para el momento en que vamos a desencarnar. Al entrenar nuestros mecanismos al acostarnos cada noche, nos volvemos aptos para hacer ese ejercicio fácilmente en el momento de desencarnar, solo con una repercusión aún mayor: el último pensamiento determina una serie de condiciones para la vida futura.
El uso de estas técnicas, o de otras, no deber ser permanente. Alcanzado el autocontrol, cada persona descubre su disciplina propia, y finalmente hace todo de manera simple y natural, a su modo, pudiendo hasta conseguir orientación interna a tal respecto, lo que a cierta altura suele ocurrir.
DESPERTARNOS CORRECTAMENTE
Existe un momento de percepción muy breve, un instante, en que percibimos estar despertando y en el cual recapitulamos lo que ocurrió durante la noche.
Es en ese momento de percepción cuando más necesitamos tener cuidado para no permitir la entrada de preocupaciones, o del programa para el nuevo día. Por lo tanto, al tomar conciencia de que estamos despertando, intentemos en ese instante, permanecer inmóviles, sin pensamientos.
Al alcanzar ese silencio percibimos el despertar del cuerpo y nos cuidamos de no moverlo, especialmente la cabeza.
Si algún sueño necesitara venir a la memoria, esto podrá ocurrir en ese momento especial; si recordamos apenas una parte, basta tenerla presenta para que las restantes vayan surgiendo poco a poco y la totalidad se recomponga. Aunque apenas recordemos una parte, ésta puede ser útil.
No siempre el sueño entero ofrece material para la reflexión. Según parece, tenemos un mecanismo inteligente que selecciona apenas lo que nos es necesario recordar.
Una vez que hemos recordado el material del sueño, lo anotamos antes de pasar a otro que pudimos haber soñado la misma noche. Escribamos lentamente lo que logremos recordar, sin agitación, con el máximo posible de delicadeza y armonía. Después de anotar los puntos básicos de un sueño, o su totalidad, pasamos al recuerdo y estudio del segundo sueño que esté viniendo a nuestra memoria y así sucesivamente.
Si por ventura no tuviéramos éxito en el intento de rememorar un sueño, al levantarnos debemos continuar imbuidos de la misma disposición, alertas y abiertos para la eventual recepción de algún mensaje. Basta permanecer con esta intención durante todo el día para que se abra el canal que en el curso de las tareas normales permita acceder al recuerdo de los sueños.
Después de una noche creativa seguramente habrá transformaciones en nosotros, principalmente si el sueño profundo resultó provechoso. Si estos mensajes no quedaran apenas en el nivel del subconsciente o del propio inconsciente y la personalidad tomara cuenta de ellos, ésta podrá cooperar con el proceso.
Hay quienes tienen ideas fantásticas al despertar. Para desarrollar esa capacidad se recomienda que, antes de dormir, expongan con claridad el asunto a ser resuelto y lo entreguen a la supraconciencia. Al enviarlo para lo más profundo del ser, y no pensar más en él, la solución podrá imprimirse en el cerebro físico en el momento de despertar.
Quienes usan despertador ignoran que el cuerpo físico tiene una conciencia propia, capaz de atender a pedidos que le son formulados. Despertar en la hora en que necesitamos es uno de los servicios más comunes que esa conciencia puede prestar.
Como siempre está activa, basta pedirle que despierte al cuerpo físico en determinado horario y ella lo tomará en cuenta rápidamente.
Conviene recordar que, a pesar de que adoptemos todas estas actitudes positivas, lo que ocurre en los niveles internos durante el sueño escapa de nuestro control.
José Trigueirinho
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Diez teorías que explican por qué soñamos
Desde la neurociencia hasta la psicología y la literatura, las disciplinas han tratado de explicar por qué es que soñamos. Y aunque la respuesta siga siendo un misterio, aquí hay diez interesantes teorías.
Al estudio de los sueños se le llama onirología, y es un campo que abarca desde la neurociencia hasta la psicología y la literatura. Sin embargo, el hecho es que las razones por las que soñamos siguen siendo misteriosas. Pero los científicos ciertamente no se han detenido por esto, ofreciéndonos hipótesis bastante fascinantes. Aquí hay diez de ellas.
1. Satisfacción de deseos
Uno de los primeros esfuerzos por estudiar científicamente los sueños fue liderado por Sigmund Freud. Después de analizar los sueños de cientos de sus pacientes, llegó a una teoría que aun resuena con muchos investigadores actuales: los sueños son la satisfacción de deseos. Cualquier sueño, sin importar lo aterrador que sea, puede verse como una manera de tener algo que quieres, ya sea literal o metafóricamente.
2. Un efecto secundario accidental de impulsos neuronales aleatorios
Una popular escuela de pensamiento sostiene que los sueños son sólo una especie de flatulencia del cerebro; un efecto secundario accidental de circuitos activados del tronco cerebral y la simulación del sistema límbico involucrado con las emociones, las sensaciones y las memorias. En pocas palabras, el cerebro trata de interpretar estas señales azarosas, resultando en sueños.
3. Codificando recuerdos de corto plazo para convertirlos en un almacenamiento a largo plazo
El psiquiatra Jie Zhang propuso la teoría de activación continua de los sueños, que se refiere a la idea de que nuestros cerebros siempre están almacenando recuerdos sin importar si estamos dormidos o despiertos. Pero los sueños son un área de la conciencia que es una especie de “almacén temporal”, un lugar donde retenemos a los recuerdos antes de moverlos de un almacén de corto plazo a uno de largo plazo. Relampaguean por nuestra mente como sueños antes de que los guardemos en los archivos de nuestra memoria.
4. Colección de desperdicio
Llamada la teoría de aprendizaje invertido, esta idea sugiere que soñamos para deshacernos de conexiones y asociaciones indeseadas que se acumulan en nuestra mente durante el día. Básicamente, los sueños son mecanismos de recolección de basura, limpiando nuestra mente de pensamientos inútiles y haciendo espacio para mejores cosas. Los sueños nos ayudan a eliminar la sobrecarga de información de la vida diaria y retener sólo la data más importante. Esencialmente, soñamos para olvidar.
5. Consolidar lo que hemos aprendido
Esta teoría sugiere, más bien, que soñamos para recordar, no para olvidar. Esta basada en varios estudios que muestran que las personas recuerdan mejor lo que han aprendido si sueñan después de haber aprendido algo. Esta teoría también está reforzada en estudios sobre el trauma, que sugieren que cuando la gente se va a dormir inmediatamente después de una experiencia traumática tienen más probabilidad de recordar y estar acechados por el trauma. Así que una forma de prevenir la consumación del evento traumático es quedarse despierto lo más que se pueda y hablar sobre ello.
6. Una consecuencia evolutiva del mecanismo de defensa de “hacerse el muerto”
Basada en estudios que revelaron fuertes similitudes entre animales que se hacen los muertos y personas que están soñando, esta teoría sugiere que soñar puede estar relacionado con un antiguo mecanismo de defesa: inmovilidad tónica, o jugar al muerto. Cuando sueñas, tu cerebro se comporta muy parecido a cuando estas despierto, con una diferencia crucial: los químicos como la dopamina asociados con movimiento y activación del cuerpo se cierran por completo. Esto es similar a lo que pasa con animales que se someten a una parálisis temporal para engañar a sus enemigos y hacerlos pensar que han muerto.
7. Simulación de amenaza
Otra teoría evolucionaria de los sueños, desarrollada por el filósofo neurocientífico Antti Revonusuo, en Finlandia, sugiere que “la función biológica de soñar es simular eventos amenazadores y ensayar la percepción y evasión de amenazas”. Como resultado, la gente que sueña con peligro sobrevivirá más tiempo. Lamentablemente esta teoría no explica el sueño recurrente comer pastel con helado.
8. Resolución de problemas
El investigador de Harvard Deidre Barrett sugiere que los sueños son una especie de teatro en el cual somos capaces de resolver problemas más efectivamente que cuando estamos despiertos, en parte porque la mente soñante hace conexiones más rápido que la mente despierta.
9. Darwinismo onírico
El psicólogo Mark Blechner dice que la razón por la que soñamos es para crear nuevas ideas de generación pseudoaleatoria, que pueden ser retenidas si se consideran útiles. Los sueños introducen variaciones útiles a la vida psíquica y a las narrativas internas. Producen “mutaciones de pensamiento”. Nuestras mentes pueden así seleccionar de entre estas mutaciones y variaciones para producir nuevos tipos de pensamiento, imaginación, autoconsciencia y otras funciones psíquicas.
10. Procesar emociones dolorosas con asociaciones simbólicas
Un nuevo modelo de sueños sugiere que el proceso es más parecido a la terapia que a la evolución. No estamos seleccionando agresivamente la idea más adaptable, sino revisando esas ideas y emociones y organizándolas en un contexto psicológico más grande. Frecuentemente nuestro cerebro hace esto al asociar una emoción con un símbolo. Se especula que este tipo de asociación entre emoción y símbolo ayuda a “amarrar” las emociones y tejerlas en nuestra historia personal.
Ultimadamente, esta teoría nos regresa al componente narrativo de los sueños. Tendemos a usar ideas e imágenes bizarras para hacer sentido de los eventos del día. No hay duda de que nuestros sueños juegan un papel importante en nuestro proceso de pensamiento; sin embargo la pregunta permanece: ¿por qué realmente soñamos?
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/07/diez-teorias-que-explican-por-que-sonamos/
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Tus sueños tienen algo importante que decirte
Carreteras oníricas: la información que proveen los sueños puede convertirse en una herramienta crucial dentro de tu desarrollo personal.
“In dreams begin responsibilities.”
― W.B. Yeats
Pocas compañías más intrigantes a lo largo de la historia humana que el flujo de los sueños. Pendulares entre el día y la noche, pero ineludibles a nuestra conciencia. Nocturnamente protagónicos. Y portadores de información tan crucial como sensible. Lo anterior hace del factor onírico un pulso esencial para comprender la mente humana y, en particular, para acercarnos con éxito a la misión de conocernos a nosotros mismos. Pero ¿cómo transformar este etéreo coqueteo en una herramienta práctica para nutrir nuestra existencia?
Supongo que el primer paso es hacer conciencia sobre la importancia que tienen los sueños en nuestra vida reconocer su incidencia fáctica en nuestro desarrollo conciente y, sobretodo, su enorme relevancia informativa. Posteriormente resulta crucial recordar, en la mayor medida posible, lo que soñamos. Existen muchas personas que pocas veces recuerdan sus narrativas nocturnas. Para lograrlo, además de disponernos intencionalmente a ello, creo que también es bueno llevar una alimentación relativamente sana, y evitar el consumo exagerado de estimulantes, ya sea alcohol, marihuana o otros psicoactivos. Una vez que ponemos los sueños sobre la mesa de nuestra vida cotidiana, entonces podemos proceder a penetrar las mieles de esta familiarización.
En un plano neurológico y cognitivo, los sueños nos aportan múltiples beneficios, entre ellos ayudan a consolidar las memorias y a procesar información nueva. También incentivan la creatividad y han probado ser una herramienta fundamental para la solución de problemas (por cierto, la actividad más frecuente a la que dedicamos nuestra mente durante el día a día).
Tal vez las mayores virtudes de los sueños, desde la perspectiva del bienestar personal, tiene que ver con aspectos psicológicos, anímicos, y en general con nuestro desarrollo individual –tal vez a eso se refería el genial Yeats con la advertencia que cito al comienzo de este texto–. Si consideramos que el aforismo griego que invita “conócete a ti mismo” bien podría sintetizar nuestra respectiva misión en esta vida, entonces los sueños de convierten en una de las más preciadas herramientas existenciales que tenemos a nuestra disposición. A través de ellos, o mejor dicho de familiarizarnos con ellos, podemos comprender estados de ánimo aparentemente improbables, ubicar el origen de rasgos distintivos de nuestra personalidad –por ejemplo, nuestro miedo a una determinada situación o fenómeno–, y servirnos como guía al momento de tomar decisiones importantes a lo largo de nuestro camino personal.
Desde un punto terapéutico los sueños nos confrontan con nuestro lado oscuro, aquellos bits de información biográfica que decidimos sepultar en el inconsciente –y en la medida que seamos capaces de reconstruir la totalidad de esa auto-narrativa, según Lacan, entonces podremos liberarnos de traumas, temores, y otros ingredientes poco benéficos. Además, los sueños constituyen una especie de walkie-talkie entre nuestra conciencia individual y el colectivo imaginario, el acervo de arquetipos a partir del cual la realidad sociocultural, y quizá también metafísica, se desdobla.
En fin, espero haber incentivado tu interés para tratar de recordar y reflexionar en tus sueños. Honestamente creo que no hacerlo es un gran desperdicio a la hora de procurar el crecimiento personal, y en caso de no haberlo logrado, al menos te invito a cuestionarte, por pura diversión existencial, si en realidad estás despierto al momento de leer esto. ¿Tienes pruebas?
Para aquellos que les interese profundizar en el tema les recomiendo este “Recomendaciones para tener sueños lúcidos” así como esta selección bibliográfica en torno al arte de soñar.
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/04/tus-suenos-tienen-algo-importante-que-decirte/
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Tipos de Sueños Psíquicos
Hay tres diferentes tipos de sueños psíquicos que pueden revelarnos información.
Los sueños nos muestran que son un mundo en el que podemos experimentar sin limitaciones a través de nuestro subconsciente. Podemos ver situaciones que están por venir en nuestros Sueños, comunicarnos con alguien en otro tiempo o espacio, o incluso podemos experimentar situaciones que puedan estar afectando al mundo que nos rodea.
Hay tres tipos de sueños que son bastantes comunes: sueños psíquicos, sueños proféticos y los sueños clarividentes.
Sueños psíquicos
Esto son sueños donde los individuos son capaces de acceder a la conciencia de otra persona y con una precisión exacta acceder a sus pensamientos, acciones o situaciones de esta.
Por ejemplo: una persona tiene un sueño de un familiar que esta enfermo y entonces descubre que el o ella ha sido ingresado en el hospital. Este seria un ejemplo de un sueño psíquico.
La mente subconsciente en el sueño puede estar recibiendo información acerca de un ser querido tan lejos como otro país o tan cerca como la habitación de al lado porque dos almas que están conectadas entre si no se verán afectadas por la distancia o el espacio.
Los sueños proféticos
Los sueños proféticos son aquellos que nos revelan o predicen un evento futuro antes de que suceda.
En este tipo de sueños, a menudo la muerte o las catástrofes son sucesos que se repiten y puede llegar a ser alarmante, porque el soñador puede ver hasta el mas mínimo detalle de una situación que puede llevar a la muerte de una persona al igual que si el sueño se refiere a las grandes catástrofes. Ha habido muchos informes de personas que han sido capaces de predecir la muerte de un ser querido antes de su fallecimiento.
Los sueños clarividentes
Esto sueños son realmente interesantes porque no se tratan en su mayoría de personas que están relacionadas con el soñador.
Los desastres naturales o eventos del mundo son ejemplos de sueños clarividentes.
Ha habido personas que han informado de haber soñado con un terremoto para despertar y encontrar las noticias de informes de un terremoto que ocurrió en el mundo minutos antes.
Esto puede llegar ha ser una experiencia escalofriante. Algunas personas tienen la posibilidad de desactivar su capacidad intuitiva, mientras que otros no lo consiguen y en el transcurso del tiempo les puede llegar ha causar una ansiedad permanente.
Cuando se habla de habilidades psíquicas muy pocas personas se elevan por encima de la media. En este articulo le exponemos ha uno de los psíquicos mas famosos de todos los tiempos, que comenzó laico y llego ha ser prominente en el mundo de la espiritualidad.
Coincidir en los sueños
Oneironauticum es un proyecto dedicado a la colectividad onírica a través del cual un grupo de personas se reúnen periódicamente en la dimensión de los sueños para gozar de experiencias compartidas
Los últimos sábados de cada mes un grupo de personas alrededor del mundo saltan juntos al espacio onírico. En ejercicios colectivos pre-agendados, los oneironautas se ponen de acuerdo para compartir su sueño. Oneironauticum es un proyecto que envuelve tres elementos fundamentales de la existencia humana: el sueño, la disciplina y la colectividad y, tal vez por ello, se perfila como una de las iniciativas más sensualmente etéreas que podamos encontrar actualmente.
Utilizando un detonante común que han llamado oneirogen (del griego oneiro=sueño y gen=creación) los participantes alinean sincronizadamente los cordones umbilicales para conectarse con la matriz de la tierra de los sueños. Estos detonantes son variados y pueden ir desde el uso de sustancias estimulantes como la galantamina, hasta ingredientes como el ajo o incluso prácticas de budismo tibetano orientadas al sueño lúcido.
Más allá de que podamos adjudicarle un objetivo épico al Oneironauticum, como por ejemplo novedosas funciones terapéuticas, canalizar información de planos superiores o ejercitar algunas facultades especiales como la precognición entre otras, lo cierto es que el alma de esta iniciativa realmente consiste en la sincera exploración (tal vez el más apropiado fin al que debiésemos aspirar los humanos) de la percepción, las herramientas biocognitivas y la posibilidad de alcanzar realidades que se encuentran al alcance de nuestra conciencia.
“Cualquier meta es valida. Pero mi interés no es el averiguar por qué la gente participa sino qué es lo que ocurre cuando simplemente practicamos juntos. Soñamos juntos para ver qué sucede, sin expectaciones sobre eso que sucederá. Oneironauticum ofrece una exploración sin límites sobre como es la experiencia en sí”, afirma Jennifer Dumpert, miembro del colectivo de oneironautas.
Más allá de las múltiples y sofisticadas interpretaciones en torno al acto de soñar, a sus causas y consecuencias en planos biológicos, psicológicos, y espirituales, algunas de las cuales ofrecen lúcidos fundamentos y otras simplemente se estacionan en divagaciones propias del New Age, parece innegable que los sueños, y los escenarios psicoemocionales que emergen en ellos, representan cúmulos de información cuya exploración pudiera ser indispensable para evolucionar en nuestro entendimiento de la conciencia humana y, por ende, del universo que habitamos. Y si tomamos en cuenta la actual tendencia a la colectivización hiperconectada, fenómeno que incluso sugiere que el próximo ser iluminado o gran referente espiritual podría ser un colectivo y no un individuo, la idea de compartir en forma organizada y consciente nuestros sueños podría considerarse como una prioridad para la nueva mente social.
El sueño ha sido un elemento que a lo largo de la historia humana se ha revelado como un aspecto fundamental de nuestra esencia. Sin excepción, todas las culturas, las tradiciones místicas, y las disciplinas psicosociales le han atribuido una gran importancia a la actividad onírica. El soñar es, de alguna manera, una modalidad cognitiva, distinta a la realidad que experimentamos cuando estamos despiertos, dentro de la cual pasaremos una considerable porción de nuestras vidas.
La Dra. Marylin Schlitz, directora del genial centro de alter-investigación Institute for Noetic Sciences, ha realizado diversos experimentos que le han llevado a concluir que el soñar es una actividad comunitaria pero que no nos hemos dado cuenta de ello porque inconscientemente nos cerramos a la posibilidad de compartirlos. “Las implicaciones son que todos estamos conectados y que nos entrelazamos los unos a los otros a un nivel interno. La información recabada sugiere que no somos seres aislados, sino que de hecho estamos relacionados en un plano profundo. Soñamos juntos, co-creamos juntos, podríamos mover nuestra conciencia de una conversación sobre el “yo” a una sobre el “nosotros”, sobre nuestra experiencia conjunta”, asegura Schlitz. “Todos somos fragmentos de sueño de algo más, y ello implica que si la gente dedicará mayor tiempo a compartir sus sueños podríamos construir un mejor modelo para el futuro” concluye.
Oneironauticum podría considerarse como un vehículo que está a nuestra disposición para explorar estos paisajes de información universal, que compartimos todos los humanos a través de códigos arquetípicos, pero que a la vez representa una versión etérea de nuestro “jardín secreto”. Y en este sentido resulta interesante reflexionar sobre la paradójica naturaleza del soñar, una actividad intrínsecamente universal, e inconsciente pero ineludiblemente compartida y que a la vez es el pulso que emite nuestra más prístina intimidad. Y para navegar este sensible “universo alterno” la atención colectiva, prepactada, puede ser una herramienta de enorme utilidad.
“Previo a cada Oneironauticum junto sábanas, cobijas, almohadas y futones en mi camioneta y conduzco hasta el lugar de la cita —la casa de uno de los participantes. En algunas ocasiones yo misma soy la anfitriona. La gente llega entre las 10 y las 11 equipadas con sus pijamas y sus diarios de sueños. Mientras nos acomodamos y esperamos a que todos lleguen conversamos sobre alguno tópico oneiro-céntrico”, describe Dumpert. A continuación los presentes proceden a arreglar sus lechos, que en este caso más que una cama representan una especie de naves transdimensionales, se lavan los dientes y se enfundan en sus pijamas (listos para surfear) y finalmente ingieren el oneirogen elegido para la ocasión. Finalmente penetran colectivamente el portal del sueño y procuran dormir durante una sesión larga, de al menos nueve horas, ya que los ciclos de REM son más extensos entre más se acumulan a lo largo del sueño (por eso los últimos episodios de sueños durante una noche son más largos luego de 6 o 7 horas durmiendo). A la mañana siguiente van despertando uno a uno, cuidando de que la transición entre el sueño y el despertar sea pausada y suave ya que ello ayuda a retener las vivencias oníricas y posteriormente comparten el desayuno mientras cada uno platica su experiencia.
Afortunadamente no es necesario vivir en San Francisco, ciudad en la que radica este organizado grupo de navegantes de los sueños, para participar en los rituales mensuales de onirismo. Si te interesa sintonizarte con el grupo desde cualquier otra ubicación en el planeta solo debes de visitar el sitio urbandreamscape.com donde podrás enterarte de los detalles de la siguiente sesión. Además, las sesiones de sueños compartidos que llevan a cabo en el área de San Francisco, California, son mapeadas a través del método psicogeográfico, el cual te permitirá correlacionar el espacio urbano con esta serie de prácticas etéreas. Es importante que procures encontrar el oneirogen escogido para la ocasión, generalmente son productos fáciles de conseguir en muchos lugares: suplementos vitamínicos, ajo, hierbas medicinales o algunos otros estimulantes naturales. Y en caso de que no lograras encontrar el detonante del mes, puede ser que tu intención bien dirigida baste para la fiesta de los sueños. Por cierto, las instrucciones para participar y toda la información requerida se publican en el sitio.
Se ha registrado que alrededor de dos mil personas visitan el sitio antes de la sesión del mes aunque los organizadores no han podido comprobar cuántas de estas personas finalmente participan en las sesiones. Lo que sí saben, por las decenas de correos electrónicos que reciben mensualmente, es que existen oneironautas en Sudáfrica, Italia, Nueva Zelanda, Japón, Brasil, así como muchos canadienses y en Australia incluso se ha formado un grupo espejo que replica las prácticas de Oneironauticum.
A lo largo de este tiempo en funciones, los miembros del colectivo han comprobado que la intención onírica, proyectada multiplicadamente en un sueño grupal, contribuye a hacer más vividas las experiencias y a que los participantes puedan recordar con mayor fidelidad sus vivencias durante el sueño. De ahí que participar en este proyecto haya enriquecido significativamente esa vida paralela a la que todos tenemos acceso y la cual se encuentra compleja y excitantemente entrelazada con la realidad cotidiana: los sueños.
Así que si te sientes atraído en general por la psiconaútica, o en particular por la disciplina onírica, tal vez sea buen momento de que te sincronices con los chicos de Oneironauticum y te prepares a fortalecer tu “nave de los sueños”, compartiendo tu intención con un grupo de experimentados oneironautas en busca de una interacción etérea que podría refinar tu existencia de cara a alcanzar una lúdica libertad y, en especial, un inédito estado de autoconocimiento y paz interior.
Twitter del autor: @paradoxeparadis / Lucio Montlune
TOMADO DE http://www.leycosmica.org
Fuente: http://senderodelmago.blogspot.com.es/2013/03/coincidir-en-los-suenos.html
Telepatía onírica, precognición y sueños compartidos: la mensajería del espíritu (II/II)
Un breve recorrido por el fascinante mundo de la telepatía en los sueños, los sueños compartidos y hasta los sueños lúcidos mutuos (quizás el futuro del diseño de realidades), desde la investigación científica hasta el sentido filosófico y la dimensión poética que suscitan.
Louis Janmot: “El Poema del Alma”
“All human beings are also dream beings. Dreaming ties all mankind together,” Jack Kerouac.
“Todos los objetos que creemos ver [en los sueños] indican un deseo del alma”, Hipócrates.
En la primera parte de esta serie analizamos la creencia en que algunos sueños tienen un origen divino o espiritual y pueden transmitir información oracular y precognitiva –desde casos científicos hasta referencias históricas inscritas en una narrativa simbólica y mitopoética. En esta segunda y última parte nos concentraremos en la comunicación telepática que ha aparecido históricamente en los mitos y en la literatura y recientememente tema de investigación científica. Intentaremos explicar o encontrar un sentido, si no científicamente, sí poética o metafísicamente, a la telepatía onírica y a la ominosa cualidad que parecen tener ciertos sueños
Montague Ullman, el fundador del Dream Laboratory en el Maimonides Medical Center y una de las figuras claves en el estudio de la parapsicología de los sueños, ha recopilado una serie de anécdotas históricas sobre telepatía en los sueños, además de haber realizado numerosos experimentos científicos. Tenemos, por ejemplo, la historia del rey Nabucodonosor, quien frustrado por no recordar un sueño que le había dejado una fuerte impresión –y que sus propios interpretes no lograran auscultarlo– le pidió al profeta Daniel, quien rezándole a Dios, vio el sueño de Nabucodonosor en una visión nocturna, en lo que parece ser uno de los primeros episodios registrados de telepatía onírica, aunque esta no fuera en el mismo momento.
El filósofo griego Demócrito, famoso por su teoría de que el mundo está compuesto de partículas indivisibles o átomos, desarrolló una de las primeras teorías físicas para explicar la telepatía en los sueños. Según Demócrito los átomos constantemente emiten imágenes de sí mismos, las cuales a su vez están compuestas de otros átomos; las imágenes proyectadas por las cosas vivas, cuando cargadas emocionalmente, pueden transmitirse a un soñador (o a un sujeto perceptual). “La importancia que le asignaba al estado emocional del emisor o agente es consistente con la evidencia y los relatos de la actualidad”, dice Ullman. Una versión más sofisticada de la teoría de Demócrito ha sido propuesta por el biólogo Jeremy Narby, quien sugiere en su libro The Cosmic Serpent que una comunicación entre ciertas plantas y chamanes del Amazonas podría ocurrir a nivel molecular, quizás directamente a través de una radiación del ADN.
Otra antigua explicación de la información que puede obtenerse en los sueños tiene que ver con la concepción oriental de que el sueño es un estado intermedio o bardo y durante este intermedio de la conciencia el alma puede dejar el cuerpo “bajo la protección de la respiración” y vagar por el espacio e incluso por las dimensiones astrales.
EXPERIMENTOS DE TELEPATÍA ONÍRICA
La telepatía en los sueños ha sido investigada por la ciencia por lo menos desde hace 60 años. El experimento clásico que se ha diseñado es una dinámica en la que un emisor o agente intenta transmitir una imagen a un participante o perceptor dormido. En 1953 el psicoterapeuta Wilfred Daim transmitió un símbolo geométrico y un color en combinación aleatoria con un porcentaje de éxito del 75%. Por la misma época Ullman y Dale iniciaron experimentos de sincronicidad en los que exploraron la correspondencia entre sueños grabados y eventos que ocurrieron en sus vidas diarias.
En junio de 1964 se iniciaron los experimentos en la clínica Maimonides usando monitoreo encefalográfico, probablemente los más citados en la literatura médica. A grandes rasgos el diseño del experimento es el siguiente: un grupo de 12 voluntarios es conectado a unos electrodos para medir su entrada al sueño R.E.M; una vez que esto sucede un agente, que sólo ha tenido contacto con los voluntarios al momento de colocarles los electrodos, empieza a transmitir una imagen (una de 12 pinturas seleccionadas al azar) pensando en ella y dibujándola. Después los voluntarios comunican al agente el contenido de su sueño, narrando lo sucedido y haciendo asociación libre. Un grupo de tres jueces externos recibe las transcripciones de los reportes y copias de las 12 pinturas usadas en tarjetas postales. Los jueces realizan una evaluación siguiendo el método de análisis de Schaffé.
Los resultados de los experimentos Maimonides no siempre fueron significativos, pero en el caso de algunos sujetos se registró una extraordinaria correspondencia telepática entre la emisión y la recepción. Uno de estos casos fue el del también parapsicólogo Robert L. Van de Castle, quien fuera apodado “El Prínicpe de los Perceptores”. Van de Castle cuenta sobre su primera partipación en estos experimentos:
La imagen seleccionada aleatoriamente fue El Descubrimiento de América por Cristobal Colón, de Salvador Dalí. La pintura muestra a un joven Colón en una secuencia onírica sobre su futuro viaje a través del Atlántico. La Virgen María aparece en un estandarte llevado por Colón mientras que camina por una playa. Lleva una túnica blanca transparente en la que se pueden apreciar sus pezones. Detrás están los barcos, una iglesia, unos sacerdotes y varios monaguillos también con túnicas blancas.
Entre las imágenes descritas esa noche en mi reporte REM habían referencias a “jóvenes figuras masculinas”, “una mujer de Atlantic City o Atlantic Beach”, “el tema de la maternidad”, “una gran misa”, “personas vestidas con ropa blanca” y “pijamas semitransparentes a través de las cuales se podían ver sus pezones”. La mañana siguiente, antes de ver una selección de 8 imágenes, dije: “las personas estaban usando el tipo de pequeños hábitos blancos que usan los monaguillos” e indique que la imagen tenía que ver con algo de “significado nacional o histórico”.
Van de Castle protagonizó numerosos experimentos en los que se registró un efecto telepático estadísticamente significativo y él mismo diseñó sus propios experimentos. Uno de ellos a través de la publicación Dream Network Bulletin Telepathy Project en el que se notificó a los lectores que estaría concentrándose en un imagen la noche del 17 de noviembre de 1985. La imagen seleccionada fue la de una indígena Cuna de Panamá frente a una choza de madera. Aunque hubo algunos reportes que describieron algunos rasgos de la imagen, lo más interesante fue que varios de los sueños de los lectores resonaron con los sueños que tuvo de Van de Castle esa noche, particularmente los de una mujer llamada Claudia, como si hubieran navegado en sintonía por las mismas frecuencias oníricas
SUEÑOS COMPARTIDOS
“I’ll let you be in my dream, if I can be in yours.” -Bob Dylan
Aunque parte de la telepatía onírica, los sueños compartidos merecen una mención especial. Hart ( Towards a New Philosophical Basis for Parapsychological Phenomena, 1965) los define como “aquellos en los que dos o más soñadores se sueñan en una situación en común en el tiempo-espacio, e independientemente recuerdan sus alrededores, su conversación o sus interacciones dentro del sueño”.
El psicólogo de la Universidad de Stanford, Stephen LaBerge, la máxima autoridad en el estudio de los sueños lúcidos, escribe:
Recuentos de “sueños mutuos” sugieren que el mundo de los sueños en algunos casos puede ser tan objetivamente real como el mundo físico. Esto es debido a que el principal criterio para la “objetividad” es que una experiencia sea compartida por más de una persona, lo cual supuestamente ocurre en los sueños mutuos. En ese caso, ¿qué le sucedería a la tradicional dicotomía entre los sueños y la realidad?
Los estudios de LaBerge con soñadores lúcidos que emiten una señal cuando han despertado dentro del sueño sugieren que experiencias en los sueños, como tener sexo, reportan las mismas señas fisiológicas que se registran cuando las mismas experiencias ocurren en la vigilia (mismas alteraciones en el ritmo cardiaco, respiración, etc.). Esto parece indicar que para el cerebro lo que ocurre en los sueños es igualmente real que lo que ocurre cuando estamos despiertos (y recordemos la fras de Tim Leary “el cerebro está diseñado para diseñar realidades”, asi que, ¿cuál es la verdadera y tajante diferencia entre los sueños y la realidad?).
Se dice que los sueños, donde es común un desdoblamiento de la persona en dimensiones etéreas, son responsable de la creeencia en lo espiritual — el alma como la ficción del sueño. “El hombre creyó que estaba descubriendo una segunda realidad en el mundo de los sueños, y este es el origen de toda metafísca. Sin los sueños, la humanidad no hubiera tenido la ocasión de inventar tal división en el mundo”, escribe Nietzsche. LaBerge está de acuerdo con Nietzsche, pero a diferencia del filósofo alemán se pregunta sobre la naturaleza de lo real y si la división entre esta y los sueños no es también un vició de la razón (la misma que dividió al cuerpo y a la psique): “Supongamos que la idea del alma-cuerpo deriva de las experiencias subjetivas del mundo de los sueños. Que se le otorgue o no al alma el estátus de realidad objetiva dependerá del estátus de realidad que se le de al sueño”. Es decir, aunque la idea del alma sea generada por los sueños, la investigación científica moderna considera relevante cuestionarse la supuesta potestad que tiene el mundo de la vigilia sobre lo real. “Esto finalmente nos hace preguntarnos si la realidad física no es una especie de sueño compartido. ¿Quizás lo que realmente sucede es el resultado balanceado de una miriáda de interacciones generadas por todos nosotros soñando el sueño de la realidad consensual?”, concluye LaBerge.
Para probar el poder de los sueños compartidos, se puede participar en línea en los proyectos colectivos de Oneironauticum (una comunidad que se reúne ciertos días agendados para intentar saltar juntos a los sueños y coincider en el espacio onírico) y hasta intentar ganar el concurso anual de telepatía onírica. O para los más atrevidos se puede intenatr hacer el paso dimensional a través del Gran Crisantemo y coexperimentar los peculiares mundos de la dimetiltriptamina participando en los Eventos Sincronizados en el Hiperespacio.
MENSAJERÍA DEL ESPÍRITU: DECODIFICANDO LAS TRANSMISIONES ONÍRICAS
Para concluir con esta breve serie investigando la comunicación extrasensorial o paranormal de los sueños (definiciones que quizás sean erróneas, ya que la telepatía no parecer ser algo demasiado fuera de lo normal y los sentidos que se usan parecen ser los mismos o solamente una acepción más sutil), quisieramos reflexionar sobre los mecanismos que permiten conectar a las personas entre sí durante los sueños (o conectarlas con partes de sí mismas que generalmente yacen inaccesibles) y tal vez darle un sentido existencial y filosófico a estas transmisiones. En la primera parte ya analizamos el papel que juega el inconsciente como profundo almacén de memorias desconocidas, arquetípicas y transpersonales, al nivel de que podríamos confundir lo espiritual o lo paranormal con información que simplemente no somos conscientes que sabemos. Y es que si ponemos un lente magnificante sobre nuestro inconsciente quizás descubramos que tiene el mismo tamaño que el universo. Ahora veamos otras teorías más alternativas. Según Ullman:
Una de las características del soñar es que escanea el pasado hacia depósitos de memorias remotas en el intento de vincular el impacto de una situación presente en una experiencia pasada. El resultado de esta búsqueda de información está organizado bajo un esquema de contigüidad emocional y no tanto en categorías espaciales o temporales. Los datos pertinentes de telepatía onírica y sueños precognitivos sugieren que el proceso de escaneo puede, en ocasiones, superar brechas emocionales y espaciales para proveer información independientemente de todo canal de comunicación conocido.
El psicólogo Sigmund Freud, quien, en oposición a Carl Jung, ha sido representado como dueño de una mente racional y escéptica, en realidad sostuvo la creencia en formas de comunicación telepáticas por algunos periodos de su vida. Freud llegó a creer que la telepatía constituía un proto-lenguaje, usado por sociedades primitivas.
Según Jon Tolaas la telepatía onírica podría haber surgido como parte del vínculo entre la madre y el hijo. El joven indefenso al localizar una amenaza la incorpora a la imaginaria de su sueño y puede en ocasiones transmitirla al adulto protector, de alguna forma borrando la barrera entre la vigilia y el sueño –una barrera que de todas maneras es borrosa en ciertas culturas.
Ullman considera que ya que el sueño REM es anetrior al sueño de ondas lentas, “la telepatía onírica puede concebirse como el medio original para mantener los lazos comunicacionales en los periodos simbióticos tempranos de todas las especies mamíferas, cuando los canales ‘ordinarios’ no logran cruzar la división temporal y espacial entre padres e hijos”.
EL FUTURO DE LOS SUEÑOS (UTOPÍA, SANACIÓN Y SALTOS DIMENSIONALES)
Quizás el cúlmen, la graduación de arte del (en)sueño sea lograr tener sueños lúcidos compartidos. Según refieren anécdotas del yoga tibetano de los sueños, de los libros de Carlos Castaenda o como hemos visto anteriormente aquí, es posible viajar a espacios oníricos en los que se puede tener interacción consciente con diferentes personas o entidades. En la saga de Castaneda, el brujo yaqui Don Juan Matus lo instruye en el Arte de Ensoñar, una serie de técnicas aparentemente toltecas (aunque podrían contener elementos sincréticos) desarrolladas por los “naguales” para cruzar dimensiones y entablar una relación de poder e intercambio energético con seres inorgánicos (posiblemente dioses o entidades guardianas de mundos que parecen alimentarse del hombre). Estas dimensiones parecen tener una realidad independiente hasta cierto punto del soñador –o al menos consistente y resonante con la arquitectura de la mente colectiva. Uno podría pensar en que son niveles dentro de un videojuego que persisten y se repiten hasta que no se logren superar –hasta que no se mate al monstruo o hasta que no se logre burlar la vigilancia y encontrar una puerta.
Asimismo parte de las enseñanzas implican desarrollar –en una especie de materialización eteréa– un doble. Este doble es una proyección psíquica indistinguible de la persona que es capaz de estar en otra parte, en sueños (pero los sueños ya se han fundido con la realidad) y vivir experiencias conscientemente –por ejemplo tomar una copa en un bar con una mujer en la Ciudad de México y al mismo tiempo estar en una montaña en el estado de Morelos. Esto presenta una alternativa en casos extraordinarios, por ejemplo, una pareja que está separada por causas insuperables dentro de una realidad puede encontrar el sosiego en otra realidad onírica y fundirse en el abrazo que le ha sido negado –pero solo en un orden de lo real.
Toda gran historia de amor empieza con un sueño o con una visión (un sueño despierto). Todo gran despertar espiritual empieza con un sueño. La imagen desnuda del alma. La máquina magnética que proyecta sus cintas desde las estrellas. El velo que se estremece en un destello que lo atraviesa.
La telepatía en sueños lúcidos representa quizás el esquema más brillante al cual puede aspirar el ser humano –a convertir el mundo que experimenta en un mundo diseñado mutuamente en sueños. Como los personajes de la película Inception, pero a una escala planetaria: en el sueño a todos se nos presenta la posibilidad de ser el demiurgo, el arquitecto. Y es que, según los Vedas, el mundo que vivimos fue creado en la mente de la divinidad –somos el sueño de alguien más. Pero si somos la imagen de la divinidad, en ese espejo de juego que se abre, tenemos la posibilidad de soñar nuestro propio mundo.
De estos experimentos, los cuales sugieren que la telepatía onírica es posible, surgen nuevas posibilidades de interconexión y asistencia evolutiva. De la misma manera que millones de personas rezan creyendo que sus pensamientos y palabras pueden ayudar a alguien más, es posible quizasr dirigir sueños de manera colectiva e individual para lograr un efecto deseado. Inspirar una imagen de belleza, de seducción y sanación –un poderoso símbolo o la revelación de un enigma– o quizás conectarse con una persona querida para intervenir en sus sueños como guía, acaso como Virgilio y Beatriz en el camino de Dante fuera del Infierno y hacia el Paraíso (y es que todos enfrentamos velados en la cotidianidad, que poco escucha lo simbólico, nuestros propios inframundos y nuestras propias dimensiones astrales).
Experimentos de este tipo podrían realizarse de manera similar a aquello en los que cientos de personas meditan con una intención – logrando efectos como reducir el crimen en una ciudad. Somos lo que soñamos, pero este río secreto de gran riqueza (el río del eidolon) que quizás nos conecta con un mar cuyas olas rompen por encima de las estrellas y por debajo de la piel, pasa generalmente de noche, desapercibido, como una constante voz silenciosa que dice nuestro nombre y habla sobre nuestra vida más allá de nuestra memoria consciente, en un punto, como un horizonte que conecta el cielo y la tierra, en el que nuestra mente y nuestro espíritu se funden. Escuchar esta voz silenciosa y observar las imágenes que emite nuestra alma, una vez que se depura la percepción y se abre el caudal hacia la indómita corriente del inconsciente, es sin duda una de las claves para integrar la multiplicidad psíquica que somos y que nos mantiene fragmentados (la sombra con sus ángeles y demonios)…
Es probablemente una de las claves para encontrar un sentido en la vida –en una dimensión que nos presenta con un irresoluble misterio– y no ser, como nos advirtiera Jung, esclavos de nuestro inconsciente (llamándolo destino). Y es que tal vez la telepatía onírica ocurre diariamente: es la comunicación de nuestro espíritu. Un espíritu que busca no tener que ser ajeno ni distante, que busca hablar con una sola voz –mente, cuerpo y espíritu: la flor de luz en el crisol.
Twitter del autor: @alepholo
Con información de:
Extrasensory Communication in Dreams
Primera Parte: Telepatía y precognición en los sueños: la mensajería del espíritu (I/II)
LOS SUEÑOS LUCIDOS
Los sueños lúcidos, ¿qué son?
Los sueños lúcidos son aquellos sueños en donde sabemos que estamos soñando mientras vivimos la experiencia. Esta realización, saber o "darnos cuenta", nos permite actuar deliberadamente en nuestros sueños, con la confianza de saber que nada nos puede ocurrir dado que estamos soñando. Por este motivo es que también son conocidos como "sueños conscientes".
Generalmente pasamos por la vida sin cuestionarnos acerca de la naturaleza de la realidad que experimentamos, y reaccionamos mecánicamente según nuestros condicionamientos previos a los desafíos que se nos presentan. Durante la noche cuando dormimos y soñamos, continuamos con esta rutina y reaccionamos ante los hechos y objetos oníricos como si fueran absolutamente "reales", perdiéndonos la oportunidad de disfrutar y explorar todo el potencial del mundo de los sueños con completa libertad.
Mediante la concentración y la atención, es posible cambiar estos patrones, para vivir nuestros sueños completamente "despiertos", dándonos cuenta de que estamos soñando mientras lo hacemos. La sensación de este "despertar" es imposible de describir, hay que vivirlo. Las posibilidades que se abren son enormes, y el potencial para crecer y enriquecer nuestras vidas es de un enorme valor, como veremos más adelante.
Esto no es una fantasía esotérica ni tampoco una forma de visualización o imaginería que se confunde con un sueño; como iremos viendo en los artículos del sitio, es una realidad demostrada por la ciencia, un fenómeno, que si bien es considerado como algo paradójico ya aún extraño para los científicos, ha sido demostrado en laboratorios del sueño.
El objetivo del sitio es compartir con ustedes las técnicas que permiten desarrollar esta habilidad, la cual es todo un arte en si misma; de esta manera, podemos acceder despiertos al disfrute de la totalidad de la vida, durante el día y la noche…
La ciencia y los sueños lúcidos
Hasta la década de los 70’s, hablar de los sueños lúcidos era un asunto relegado solo a cerrados círculos esotéricos y tradiciones contemplativas, en donde ni siquiera a los devotos novatos se les hablaba abiertamente sobre el tema; era una práctica solo para verdaderos iniciados.
La primera vez que se abordó el tema de manera científica, fue para 1968, en el libre "Lucid dreams", escrito por Celia Green. En el texto se analizó la experiencia de sujetos experimentales como de la literatura, y se pudo concluir que la lucidez onírica era una experiencia válida, diferente a la de un sueño ordinario. Además especuló sobre una serie de asuntos que resultarían ser ciertos, como por ejemplo la asociación del fenómeno con la fase REM del sueño.
Aún la ciencia no reconocía el fenómeno como válido o digno de estudio; se pensaba que los sueños lúcidos no eran más que alucinaciones producidas por relajación en la vigilia. No se podía aceptar la formula conciencia + sueño, o era lo uno, o lo otro, pero no todo a la vez.
Solo durante la década de los 70’s, surgieron evidencias a favor del fenómeno, cuando los investigadores como parapsicólogo Keith Hearne utilizaron el hecho de que los músculos de los ojos continúan activos durante el sueño REM (a diferencia del resto del cuerpo, que en condiciones de sueño normal queda paralizado), para realizar pruebas con soñadores lúcidos en donde les pedían que replicaran un determinado patrón de movimiento de ojos durante la experiencia onírica. Luego se verificaba el patrón con lo acordado, junto con los demás datos biológicos registrados del voluntario, para así comprobar que efectivamente se encontraba soñando mientras daba las señales.
Además estos movimientos "pre-acordados" servían, y aún sirven, para investigar que es exactamente lo que ocurre en el cerebro del soñador justo en el momento en que el sueño se torna "lúcido". De todas maneras, durante esa época los resultados de los experimentos no fueron ampliamente distribuidos ni reconocidos.
Solo durante los años 80, se estableció consenso científico sobre la validez del fenómeno, cuando Stephen Laberge, de la Universidad de Stanford, llevo a cabo sus experimentos en laboratorios del sueño, como parte de su disertación de doctorado. LaBerge continua sus experimentos en la actualidad en aquella Universidad, y se han refinado ampliamente los métodos para establecer y catalogar adecuadamente el fenómeno.
Cómo recordar los sueños
Uno de los primeros pasos en el camino de la lucidez onírica, consiste en el recordar lo soñado durante la noche. Esto porque de partida, ¿de qué serviría tener un sueño lúcido si después no vamos a recordar la experiencia?.
Comúnmente las personas no recuerdan casi nada de lo que ocurre durante la noche, a pesar de ser tremendamente significativo, no porque sea algo extremadamente difícil, sino que porque nuestra atención está enfocada en las actividades diurnas y externas que realizamos. Esto es normal al comienzo, y esta "traba" al mundo de los sueños puede ser fácilmente superada enfocando nuestra atención un poco más hacia adentro.
Antes de dormir, lo primero que debemos hacer es aclarar un poco la mente. Esto lo puedes lograr enfocando por unos minutos tu atención en la respiración, dejando que los pensamientos pasen por tu cabeza sin retenerlos o elucubrar sobre ellos, como si fueran nubes que pasan por el cielo de tu conciencia. Esto es una técnica clásica de meditación. Si lo anterior no te resulta cómodo puedes intentar visualizar algún lugar agradable e intentar disfrutar y relajarte en ese lugar mental, o puedes rezar de acuerdo a tu credo religioso. Todas estas cosas ayudan a despejar la mente.
Una vez que sientas que la actividad "frenética" de la mente ha decantado un poco, y sientes cierta claridad interior, el siguiente paso es proponerte recordar tus sueños cuando despiertes, o más bien, proponerte "recordar" que tienes que "recordar" tus sueños al despertar; suena bastante extraño, pero es así – al comienzo es típico proponerse recordar los sueños pero al despertar se nos olvida, y después de un rato después de haber despertado es muchísimo más difícil el procedimiento.
Un "tip" muy útil es que al despertar, intentemos por unos momentos permanecer completamente inmóviles mientras recordamos nuestros sueños. Está demostrado que de esta manera los cambios que se dan en nuestros cuerpos y cerebros al pasar del sueño a la vigilia se dan de manera más gradual, lo que facilita el acceso a la memoria de los sueños; los cambios bruscos en la química de nuestro cerebro hacen difícil recordar nuestros sueños, tal como se ha visto en los laboratorios del sueño.
Por último, un consejo importante es no decepcionarse con los primeros resultados. Es normal al comienzo solo recordar pequeños fragmentos o sensaciones. Con el tiempo y la práctica es posible recordar no solo sueños completos, sino que varios sueños durante la noche, hasta cuatro o cinco, con todos los detalles. Es un arte que requiere de práctica y disciplina.
Escribe un diario de los sueños
Ahora ya sabemos lo básico y seguramente ya podrás recordar algunos sueños con más facilidad si sigues los consejos del artículo anterior. El siguiente paso es sumamente útil para la mayoría de las personas; llevar un diario con tus sueños estimula al subconsciente haciéndole saber que los sueños son importantes – el mismo hecho de saber que debes llevarlos al papel estimula su memoria.
Entre las opciones que debes barajar para ir registrándolos, está la clásica libreta o diario, y también una grabadora; hay las hay digitales y son muy fáciles de usar. Otra opción es el escribir los sueños directamente en la computadora. Algunas personas los graban primero con su voz, para luego con más tiempo pasarlos a la computadora. No importa el método que uses, lo importante es que seas consistente para que este verdadero entrenamiento de la memoria onírica tenga efectos acumulativos en el tiempo.
Si usas una libreta o grabadora, lo ideal es que las mantengas al costado de tu cama, siempre en el mismo lugar, para tener la comodidad de alcanzarlos al despertar sin mayor esfuerzo ni tiempo perdido; las memorias de nuestros sueños suelen ser bastante "volátiles", se desvanecen con facilidad.
Entonces el procedimiento es así de sencillo: nos despertamos, recordamos nuestro sueño, y luego lo escribimos o grabamos. Si al comienzo solo recordamos vagas sensaciones o sentimientos, eso está bien, entonces escribimos eso. Con el tiempo y la práctica es posible alcanzar una gran maestría en esto de recordar los sueños, como lo comentamos en el artículo anterior. Practicantes avanzados, incluso son capaces de mantener la lucidez onírica durante toda la noche, a través de todos los sueños y fases del dormir, pero vamos paso a paso…
Reconoce los signos, ¡estás soñando!
Ahora que ya sabemos como recordar nuestros sueños, y además llevamos un diario o registro de los sueños que vamos teniendo, podemos seguir con el primer gran paso hacia la lucidez onírica, el reconocer los signos que más adelante nos van a decir de que estamos soñando, liberándonos de la ilusión, o más bien dicho liberándonos a la ilusión.
Revisa tu diario frecuentemente, y comenzarás a detectar temas y experiencias recurrentes en los sueños. A medida que los encuentres, anótalos en un listado aparte, y comienza a clasificarlos. Cada persona tiene sus propios signos y temas que se repiten, por lo que debes prestar total atención al contenido de tus sueños para reconocer estos patrones.
Te puedo ayudar compartiendo mi propia clasificación que he catalogado con el tiempo de práctica; la mayoría de estos temas por lo que he investigado son bastante recurrentes en muchas personas. De todas maneras debes buscar los tuyos propios:
Lugares del pasado
Es común que los sueños tengan lugar en escenarios prestados de tu pasado, por ejemplo la casa de tu infancia o el lugar al que visitabas en los veranos durante tu juventud. También es posible que la trama se desarrolle en tu antiguo colegio o universidad. Al subconsciente le encantan estos lugares, sobretodo si tienes buenos recuerdos de ellos.
Personas del pasado
El encuentro poco probable con personas que no has visto hace demasiado tiempo es otros elemento típico. También puede ser con algún ser querido que haya fallecido ya en el pasado – este último caso te permitirá, cuando seas capaz de alcanzar la lucidez, de entablar conversaciones y disfrutar junto a ellos de un buen rato en el mundo de los sueños…
Situaciones del pasado
Es común encontrarse en situaciones típicas de otros momentos en tu vida, que a veces pueden ser incluso apremiantes; por ejemplo si estuviste en la universidad cursando una exigente carrera por muchos años, es muy probable que de tanto en tanto te encuentres dando algún examen; esto también le ocurre a los escolares. En este caso imagínate, la lucidez te libra de tener que dar un examen demás en tu vida, que podría ser mejor…
Vibraciones en el cuerpo o en el entorno
Este es un signo útil para esos momentos en que nos estamos quedando dormidos o justo al despertar. Incluso puede que te encuentres completamente paralizado, ya sea en algún escenario en tus sueños, o tendido en tu cama, sin poder ni hablar. Paradójicamente, si reconoces este signo, es el mejor momento para comenzar un sueño lúcido o una experiencia fuera del cuerpo (OBE, "Out of Body Experience", lo que por supuesto es una tema que debe ser estudiado por la ciencia para ser validado apropiadamente; esto lo discutiremos más adelante), dado que en estos momentos nuestro cuerpo permanece dormido pero nuestra mente está "despierta" – todas las noches durante nuestros sueños nuestro cuerpo naturalmente se paraliza, para que no actuemos nuestros sueños; a veces nuestra mente o conciencia "despierta" un poco antes, y puede ser aterrador el no poder moverse ni hablar – por el otro lado, para un soñador lúcido es una espectacular oportunidad para comenzar un gran viaje.
En ocasiones se pueden percibir vibraciones en el entorno, como si lo que nos rodeara estuviera "vivo". Esto también puede ocurrir en sueños, e incluso una sensación de profunda comunión con lo que nos rodea; este puede ser otro signo onírico.
Cambios bruscos de escena
Es típico de la realidad onírica, que sigue sus propias reglas; estamos en un lugar, haciendo lo que sea, y de pronto nos encontramos en un lugar completamente diferente, haciendo otra cosa, y "algo" no calza, pero no sabemos exactamente que es. No tenemos un claro recuerdo de como llegamos al lugar donde estamos. Excelente signo para despertar.
Objetos o situaciones bizarras
Al mundo onírico le encanta ser "extremadamente" creativo. Es posible que nos encontremos intentando abrir una puerta usando como llave una hermosa pintura que acabamos de terminar, o que un amistoso o también temible dinosaurio nos acompañe al trabajo. En los sueño, todo puede ser. Estas situaciones "imposibles" pare le mundo de la vigilia, son también un muy útil despertador.
Estos temas son los más recurrentes en mis sueños, pero también es común para muchos el encontrarse cayendo sin parar, el funcionamiento bizarro de electrodomésticos (por ejemplo los relojes en los sueños suelen mostrar extraños símbolos en vez de la hora), encontrarse desnudo…. Debes buscar por tus propios "despertadores".
Este paso es más que una simple práctica preliminar. Es bastante común comenzar a tener sueños lúcidos después de haber reconocido algunos temas claves en nuestros sueños. Esta forma de lucidez recurre a la memoria y al reconocimiento de situaciones externas; en etapas más avanzadas, es posible alcanzar o más bien mantener constantemente la lucidez a través de la "eseidad" de la realidad que se experimente – un concepto difícil de explicar, pero es el reconocer un sueño "porqué si" – sencillamente sabes que estás soñando cuando duermes. Esto sobrepasa el alcance del artículo, pero es un interesante tema relacionado con la meditación y la penetración en la esencia de la realidad.
Consejos y tips antes de comenzar
Ahora que ya puedes recordar tus sueños, y eres capaz de reconocer tus propios signos oníricos (este reconocimiento es en si mismo ya un método para tener sueños lúcidos), estás en condiciones de dar el próximo paso: escoger alguna técnica o set de técnicas para finalmente lograr la lucidez en los sueños.
Al respecto, hay una máxima espiritual que aplica muy bien a esta disciplina:
Si funciona para otros, no significa que funcione para ti.
Si funciona para ti, no significa que funcione para otros.
Incluso si crees que funciona para ti, no significa que en realidad esté funcionando
Por lo mismo debes experimentar y practicar con disciplina y también mucha paciencia; al respecto es importante ser objetivo con las experiencias, los avances, y no auto-convencernos de cosas.
A la mayoría de las personas les toma bastante tiempo el poder obtener el control de sus sueños, varios meses o años, por lo que no debes desesperar; piensa que estás intentando profundos cambios en tu forma de mirar y enfrentar la realidad, cambios que no tan solo afectarán tu vida onírica, sino que también durante la vigilia permitiéndote una "atención" más potente y refinada.
No intentes con demasiadas ganas o fuerza; lo más seguro es que de esta manera termines agotado y no descanses bien por las noches. Deja que tu intención sea natural y gradual, para que con el tiempo sea algo instintivo para ti. Si de pronto te sientes cansado o frustrado, deja la práctica por un tiempo para retomarla en otro momento.
Es ideal que comiences con esto de la lucidez onírica durante algún período tranquilo en tu vida, donde efectivamente dispongas de suficiente tiempo para dedicarle a tus sueños y vida interior. Las vacaciones son un momento especialmente indicado para esto.
Técnica MILD
La técnica MILD (Mnemonic Induced Lucid Dream, o en español, Inducción Mnemónica de Sueños Lúcidos), fue desarrollada, o más bien dada a conocer al público general por Stephen Laberge, de la universidad de Stanford.
Es sencilla de aplicar, y se usa cuando despiertas de un sueño y te vuelves a dormir. Mientras esto ocurre debes:
Recordar el sueño reciente
Antes de quedarte nuevamente dormido, recuerda lo mejor que puedas el reciente sueño.
Desarrolla la intención
Mientras te quedas dormido, repite la frase para ti mismo : "Me voy a quedar dormido y voy a soñar. Voy a recordar esto y me voy a dar cuenta cuando esté soñando", o algo por el estilo con el mismo significado. No basta con repetirlo mecánicamente, debes verdaderamente "quererlo"; tienes que poner mucha intención en lo que dices.
Visualiza
Una vez que sientas que intención está bien "fijada", visualiza el sueño del cual acabas de despertar, e imagina que dentro del mismo te das cuenta de que estás soñando. También ayuda imaginar que cuando te das cuenta, realizas alguna actividad "onírica" de tu especial gusto, como por ejemplo volar.
Repite los pasos anteriores
Mientras te quedas dormido, tu mente comenzará a irse para todos lados; debes "traerla" de vuelta a tu objeto de atención, fijar la atención y visualizar, fijar la atención y …….. hasta quedarte dormido. Por este motivo es que se hace un paralelo entre la meditación y la lucidez onírica – todas las formas de contemplación practican el "traer de vuelta" la mente al momento presente.
Si tienes éxito, te encontrarás soñando y te darás cuenta de aquello. Personalmente, me he dado cuenta de que con práctica la técnica MILD incluso funciona al quedarte dormido por primera vez al irte a dormir por la noche, tomando para visualización algún sueño de la noche anterior o una visualización creada en el momento, pero es muchísimo más fácil practicar la técnica durante las últimas horas de sueño por la mañana, debido a la mayor densidad REM después de haber dormido varias horas.
Esto aplica a todas las técnicas; es muchísimo más fácil tener sueños lúcidos durante las últimas horas de sueño, por lo que te recomiendo dormir normalmente durante la primera parte de la noche, para comenzar tu práctica temprano justo antes de que amanezca.
FUENTES http://www.suenoslucidos.com
FUENTE VIDEO https://www.youtube.com/watch?v=15NL-FJ3R4A&feature=related
Fuente: http://senderodelmago.blogspot.com.es/2012/09/los-suenos-lucidos.html
Telepatía y precognición en los sueños: la mensajería del espíritu (Primera Parte)
Una breve investigación sobre la posibilidad de que los sueños sean emisarios de una comunicación psíquica que va más allá de la percepción ordinaria.
“The dream is the small hidden door in the deepest and most intimate sanctum of the soul, which opens to that primeval cosmic night that was soul long before there was conscious ego and will be soul far beyond what a conscious ego could ever reach”.
“El sueño es la pequeña puerta escondida en el santuario más profundo y más íntimo del alma, que se abre en la noche cósmica primordial que era el alma antes de que hubiera un ego consciente y será el alma mucho más allá de lo que es un yo consciente jamás podría alcanzar.”
Carl Jung
Desde tiempos inmemoriales se le han adherido propiedades mágicas y hasta divinas a los sueños. Y aunque la neurociencia moderna sostiene explicar con suficiencia los mecanismos que operan en nuestro cerebro durante el sueño, innumerables relatos y experiencias se atreven a diferir, presentando una zona liminal no del todo explicada por un modelo científico aceptado. Por momentos pareciera que en las noches, o cuando el cerebro racional se apaga, se abren puertas a otros mundos o al menos a otras formas de aprehender este mundo, más sutiles y sensibles a otra dimensión de la realidad. Los sueños, históricamente, han sido la fuente de un conocimiento que extiende los límites ordinarios de la percepción. La telepatía, la precognición y el contacto con mundos astrales o sublunares, donde se dice que habitan ángeles, demonios, o hasta extraterrestres, llegan a desvelarse en los sueños, según tradiciones populares y esotéricas.
PRECOGNICIÓN ONÍRICA
Un episodio en una de las primeras grandes obras de la literatura occidental, la Odisea, sirve de ejemplo de la noción difundida de que los sueños pueden comunicar información profética. Penelope reflexiona que existen dos portales para los sueños, los que provienen del márfil y los que provienen del cuerno, los que provienen del márfil suelen engañar y los que provienen del cuerno se suelen cumplir -un juego de palabras en griego donde márfil es similar a engañar y cuerno a cumplir.
Para muchas culturas los divino se revela en los sueños, porque se cree que los sueños son como una especie de pantalla del alma, en la cual la luz se escribe. El nacimiento de muchas figuras asociadas con la divinidad, como Alejandro Magno o Jesús, fue revelado a sus madres en un sueño. Actualmente todavía existen relatos de personas que sueñan antes su embarazo –y por supuesto el amor, como legendariamente ocurría en la Noche de St. Agnes, en las que jóvenes mujeres podían recibir visiones de sus amados. Escribe Keats:
They told her how, upon St. Agnes’ Eve,
Young virgins might have visions of delight,
And soft adorings from their loves receive
Upon the honey’d middle of the night,
Las historias de precognición en los sueños abundan. Existen algunos casos famosos como los de Abraham Lincoln (quien se dice que soñó la muerte del presidente de Estados Unidos dos semanas antes de ser asesinado) o de Mark Twain (quien habría soñado la muerte de su hermano). Sueños que preven, simbólica o explícitamente, la muerte de una persona cercana son algunos de los más comunes en lo que se refiere a relatos de precognición onírica. Pero probablemente el caso más común, que la mayoría de las personas ha experimentado, es soñar a alguien que no ha visto en mucho tiempo y encontrarse con esa persona casualmente el siguiente día o recibir una llamada telefónica de la misma.
Actualmente algunos científicos estudian la precognición onírica con resultados mixtos. Un reporte de 1934 realizado por H.F. Saltmarsh para la London Society of Psychical Research, determinó que de 349 casos de estudio 183 superaron los criterios establecidos –entre ellos haber escrito o contado el sueño a alguien de manera verificable antes de que ocurriera lo soñado. La Dra. Louisa Rhine compiló relatos de más de 7000 experiencias de percepción extrasensorial, la mayoría de ellas estaba relacionada a los sueños y parecía tener una naturaleza precognitiva satisfactoria.
Por otro lado el psicólogo David Ryback realizó un estudio con sus estudiantes en el que el 66.9% reportaron tener sueños paranormales. Sus conclusiones sugieren que aunque la mayoría de estos casos debían ser rechazados, el 8.8% de la población estaba teniendo sueños precognitivos. Esto, sin embargo, tal vez podría ser explicado por la ley de grandes números. Según Robert Todd Carroll: “Digamos que las probabilidades de que cuando una persona tiene un sueño en el que se cae un avión y al día siguiente esto ocurra son de uno en un millón. Con 6 mil millones de personas con un promedio cercano de 250 temas de sueños cada noche, deberían de haber alrededor de 1.5 millones de personas con sueños clarividentes todos los días. Y aunque este promedio es mucho menor al 8.8% que determinó Ryback, no es del todo descartable que la coincidencia sea un factor en juego –aunque claro para algunas personas la coincidencia en realidad es sincronicidad y contiene un profundo significado. Eventos como el hundimiento del Titanic o el ataque de las Torres Gemelas, por ejemplo, reportan numerosos sueños precognitivos, pero en un evento de escala global como estos es difícil pensar que no habrián de ocurrir, por mera probabilidad, al menos unos pocos sueños anticipatorios. La pregunta es si esto ocurre debido a una conexión directa con el futuro, a un flujo de información de una fuente desconocida (¿o quizás la retrocausalidad que la cuántica estudia?) o es solamente un fenómeno que puede explicarse por el azar.
Una de las explicaciones plausibles a la precognición onírica tiene que ver con la mente inconsciente y su capacidad de almacenar una gran cantidad de información que al surgir a la conciencia, sin tener previo conocimiento de haberla almacenad,o nos puede hacer creer que estamos teniendo algún tipo de percepción paranormal. Esto es algo que ocurre comúnmente y que es demostrado por el hecho de que en ocasiones cuando están activadas partes del cerebro ligadas a las emociones podemos resolver situaciones con mayor precisión que cuando está activado preponderantemente el cerebro racional –esto es porque la mente emocional se mueve en el terreno del inconsciente y nuestra memoria no alcanza a almacenar mucha información solo en nuestra mente consciente. Una cantidad de información suficientemente grande puede hacerse pasar como precognición.
Un ejemplo de cómo la mente inconsciente podría anticiparse a un acontecimiento puede ser explicado con el siguiente ejemplo. Una mujer sueña que se enferma de rubéola; descarta esto como algo sólo anecdótico. Dos semanas después se despierta con una molesta comezón y descubre una serie de erupciones en su cuerpo. Es posible que la mente inconsciente en un caso así simplemente esté más conectada a las condiciones y a las señales de su cuerpo y quizás sea capaz de procesar la información de una manera que generalmente se nos escapa pero se nos lográ comunicar en sueños.
Según Louisa Rhine el pensamiento de obtener información sobre un evento futuro puede resultar inquietante para la estructura racional de una persona por lo que a ese tipo de información sólo se le permite entrar a la conciencia cuando sus defensas intelectuales bajan la guardia, como ocurre en los sueños. En este sentido habría que dimensionar el alcance de la mente inconsciente. En ocasiones la mente inconciente es usada como sinónimo del espíritu, del alma o del llamado “yo superior”. Algunas personas, desde filósofos herméticos hasta Carl Jung, sugieren que la mente inconsciente trasciende los límites de un individuo y se remonta a toda una especie y quizás participa en la mente del universo, por lo cual todas las cosas, internas o externas, personales o ajenas, en cierto sentido le serían accesibles, porque todo estaría ocurriendo dentro de una misma mente –que sería equivalente al espacio mismo.
H.F. Saltmarsh teorizaba que la mente inconsciente se extiende mucho más allá del momento, para ella en realidad todos los eventos son el presente. Conocimientos inconscientes al cruzar el umbral de la conciencia son interpretados como una memoria del pasado o como precognición de un futuro evento, pero en realidad son un único presente que se extiende a lo largo de todos los tiempos.
De aquí surge una nueva interrogante, sobre la capacidad que tenemos de cambiar el futuro. Un ejemplo interesante es el que se plantea el psicólogo Dean Radin. Después de tener un sueño en el que soñó con un accidente de auto –vagamente recordaba la explosión de las bolsas de aire–, Radin decidió al día siguiente manejar con mucho cuidado, variando su ruta para reducir la probabilidad de un accidente. Y, sin embargo, detenido ante un semáforo un auto le chocó por detrás. Las bolsas de aire no se activaron. Radin se pregunta: “¿Esto significa que no podemos escapar nuestro destino? ¿Qué no tenemos libre albedrío? O, significa que tenemos futuros potenciales, y que al haber tomado esta opción particular había evitando un accidente mucho peor?”.
Para un grupo de indígenas del Amazonas, según escribe el Dr. Luis Eduardo Luna, más que ver el futuro en visiones, como las que podrían ocurrir en un sueño o en un viaje de ayahuasca, en su caso, lo creamos. Lo cual sigue el aforismo del informático Alan Kay: “La mejor forma de predecir el futuro es crearlo”. El misterio entonces se situaría en porque no todas nuestras visiones o nuestros sueños se cumplen. Y regresamos aquí al punto nebuloso en el que el inconsciente y el espíritu pueden confundirse. Personalmente arriesgo la conjetura de que existe una manifestación de la voluntad del espíritu –el cual a su vez se llega a confundir con el universo–, un poco como la voluntad que defendía Schopenhauer que trasciende la ilusión de la mera representación que predomina en el mundo cotidiano. En este ámbito, difícil de alcanzar como un sistema operartivo permanente, el paso de la imáginación a la realidad es un proceso fluido. Acaso como ocurre en aquellas historias de creación en las que el mundo primero fue una imagen en la mente de la divinidad.
En la siguiente parte de este recorrido especulativo sobre las propiedades paranormales o extrasensoriales de los sueños, analizaremos la telepatía onírica y sugeriremos algunas posibles explicaciones para estos fenómenos, dentro de la ciencia y dentro de algo quizás más cercano a la poesía y a la metafísica.
Twitter del autor: @alepholo