El Arte de la Realización del Ser, 2ª Parte – una recopilación

El Ser es presencia, conciencia despierta y la luz: presencia en tiempo, conciencia despierta en eternidad, y luz. “Todos somos chispas del Todopoderoso”. (Maitreya, Las Enseñanzas de Maitreya: Las Leyes de la Vida)

Estamos hoy al borde de una era de nuevo conocimiento, conceptos más extensos, horizontes más amplios y la experiencia más rica que jamás se haya conocido antes. Precisamente en un momento tal ha entrado el nuevo Instructor.

Suya será la labor de ensanchar aún más estos horizontes para el hombre, de mostrar que todo está interconectado, que vivimos dentro de una familia, como hermanos, y que cada uno contribuye al bienestar de la totalidad.

Así el hombre llegará a percibirse como una unidad integral en un vasto sistema que se extiende a las estrellas; como un minúsculo punto de vida consciente amorosa, sin la cual el Universo sería más pobre. Así el hombre llegará a ver su grandeza, y su función en un esquema interminable de puntos interrelacionados de luz y energía y conocimiento. (Maestro de Benjamin Creme, de ‘La Ciencia Divina’)

La estatura única de Maitreya, su larga experiencia en el sendero evolutivo, le permiten presentar Sus profundas enseñanzas espirituales en términos sencillos, libre de todo el revoltijo doctrinal y dogmas teológicos. No existe imposición alguna; a todo el mundo se le alienta para ser él mismo. Sobre todo, Maitreya enseña el arte de la realización del Ser. Son tres prácticas sencillas, aunque requieren cierta disciplina y conforman el núcleo central de sus enseñanzas sobre realización del ser: honestidad de mente; sinceridad de espíritu, y desapego. (Benjamin Creme, Share International, Julio/Agosto 2007)

Felices Míos, alegres Míos, Yo veo ahora en vuestro interior el brillo de la Luz de la Verdad, la verdad de Mi Presencia entre vosotros. Esa Luz la avivaré en un fuego de gloria en esta bendita época venidera. Mis Maestros, también, están entre vosotros y os mostrarán la manera de manifestar vuestros dones divinos, aquellos que yacen latentes dentro de vuestros corazones. (Maitreya, del Mensaje Nº 62)

Casi nadie es lo que es. Imitamos todo el tiempo. Queremos que las personas crean que somos de una manera y no de otra, que somos amables, buenos, honestos, que somos los ideales que intentamos presentar al mundo. Es poco frecuente encontrar a personas que sincera y honestamente sean quienes son.

Esto produce un estado de hablar desde el corazón, y de esta forma la naturaleza espiritual de una persona puede ser transmitida a otra persona, y pueden responder. Es una relación ‘de corazón a corazón’ la que intentas establecer. Entonces eres lo que tú eres. Es como registrar y expresar tu propia identidad, sincera y totalmente. De nuevo, esto produce desapego.

Los tres funcionan juntos: el desapego produce honestidad y sinceridad, que producen cada vez más desapego. Maitreya dice: “Sólo el Ser importa” (El Ser significa el aspecto divino, el Señor). “Tú eres ese Ser, un Ser inmortal.” Y Él dice, nuestro dolor, nuestro sufrimiento, nuestros problemas, se deben al hecho de que nos identificamos con cualquier cosa que no es el Ser.

Él dice, pregúntate a ti mismo “¿Quién soy yo?” Si lo haces así, descubrirás que estás identificado con este cuerpo físico que dura sólo una vida y es renovado sucesivamente, así que no puede ser el Ser eterno.

O te identificas con tus emociones, tus sentimientos, tus sensaciones energéticas, que son transitorias –un día sientes una cosa y otro día otra. Éstas no son el Ser. O te identificas con las construcciones de tu mente, con tus creencias, ideologías, tanto si eres cristiano, budista o hindú o lo que sea, y con todas las tradiciones que las acompañan.

Al Ser no le importa ni un instante si eres cristiano o budista o musulmán o hindú, o si no perteneces a ninguna religión; lo que importa es que te expreses a ti mismo como el Ser, que te identifiques con el Ser, que es lo mismo que Dios. La realización del Ser es la realización de Dios. Si tú practicas la correcta identificación y el desapego, llegas inevitablemente a una conciencia despierta del Ser que conduce a la realización del Ser.

No es una creencia, ni una religión, ni una ideología sino algo que beneficia a todas las personas, y es de hecho la meta de la vida. (Benjamin Creme, Las Enseñanzas de la Sabiduría Eterna).

Todo el mundo necesita un ‘estado interior’ en el que nadie te dirige, indicándote qué hacer y a dónde ir. Es sólo aquí que puedes desprenderte de esta energía. Nadie puede dirigirte. Has nacido para ser consciente de ti mismo, conocer al Maestro que mora en tu interior. Tu espacio interior es sagrado.

Es donde todas las cosas, todos los problemas, se disuelven. Es donde vas cuando dices a los demás que estás cansado, asustado y harto, cuando quieres estar solo para encontrar tu propio espacio. “Se te ha dado ese espacio para que la confusión y el caos a tu alrededor se disuelva. Jamás debes rendir ese espacio a nadie, salvo a tu verdadero Ser. La meditación es realmente un viaje de vuelta a ese espacio para encontrar paz y felicidad”. (Maitreya, Las Enseñanzas de Maitreya: Las Leyes de la Vida)

Aunque en realidad Dios está en todas partes, los individuos están volviéndose conscientes de que es posible experimentar al Señor en el corazón. “Dios no está en el cielo”, enseña Maitreya, “Dios está en el corazón”. Cuando la mente esté serena, libre de opiniones dogmáticas, absorberá la verdad. “La realización del Ser es la realización de Dios”.

La enseñanza de Maitreya te inspira a mirar en el interior. Esto no tiene nada que ver con la religión, la política o cualquier forma de ideología. (Maitreya, La Misión de Maitreya, Tomo II)

El Ser es eterno, el Devenir es al desarrollo en tiempo y espacio. El Ser experimenta a ambos. Cuando la humanidad comprenda la verdadera naturaleza de su constitución – como un alma reflejándose a través de los cuerpos mental, emocional y doble físico (etérico y denso), se habrá dado el primer paso en la conquista de la enfermedad.

Hasta ahora, la atención del hombre ha estado centrada en el plano físico denso mientras que las causas de la enfermedad se encuentran en la mala utilización de las energías que fluyen a través de los cuerpos más sutiles.

El hombre está al borde de un gran descubrimiento: que la enfermedad es el resultado del desequilibrio; que el correcto equilibrio se mantiene por la correcta acción y pensamiento, y que tal acción y pensamiento correctos involucran a sus hermanos y hermanas en todas partes. Si el hombre ha de acabar con la enfermedad debe poner fin a la separación primero. (Maestro de Benjamin Creme, de ‘Salud y curación, 1ª parte’)

Cuando eres desapegado en mente, espíritu y cuerpo, entonces todo lo que ocurre dentro y fuera de ti no te afecta. Eres inmune. Esto es la salvación. Cuando estás apegado, experimentas luchas, los altibajos de la vida.

El conocimiento y la sabiduría crean los lazos más fuertes de apego. Por eso Maitreya dice: “Sé lo que eres. Tú no eres el conocimiento. No eres la sabiduría. Tú (el Ser) y yo (el Ser) somos uno”. “Seas lo que seas o quien seas, atraviesa las aguas divinas de la limpieza, que es el desapego. No he venido para enseñarte algo nuevo. Sé honesto y sincero contigo mismo, y sé desapegado. “Este método es tan sencillo, tan dulce, es libre de cualquier religión, ideología o política.

Hace de la experiencia aquello que es realmente la persona. Cumple tu papel, pero sé libre”. (Maitreya, Las Enseñanzas de Maitreya: Las Leyes de la Vida)

La realización del Ser se acerca cuando gradualmente pasamos de una iniciación a la siguiente. Cada iniciación confiere una frecuencia más elevada a las vidas dévicas que conforman la estructura atómica de los cuerpos físico, astral y mental. La estructura atómica cambia gradualmente, y cambia la actividad de estas vidas dévicas. Ya no están en control del proceso.

Alimentan nuestros cuerpos con sus impulsos, pero la energía del alma comienza a tomar el control. La personalidad toma más el control del cuerpo físico, que comienza a responder a las instrucciones del plano mental. El cuerpo astral, también, empieza a ‘enfriarse’ y calmarse.

Esencialmente, el cuerpo astral debería, y en un sentido evolutivo lo hace, volverse como un lago sereno, dejando de arrastrar al individuo con sus emociones. Entonces actúa como un espejo para el nivel búddhico de conciencia. El búddhico es el segundo nivel de la Tríada Espiritual, que trae la voluntad, el amor/sabiduría y la inteligencia del alma. La conciencia búddhica, reflejada en ese lago sereno, la experimentamos como intuición.

Las diminutas vidas dévicas del plano astral tienen más o menos el control hasta alrededor del grado de iniciación 1.5-1.6. Después de allí gradualmente pierden dominio sobre la vida del individuo. No significa que no tengamos emociones, pero no nos vemos tan arrastrados o abrumados por ellas.

Aprendemos a desapegarnos del impacto de su actividad sobre el plano astral. La energía del alma es tan elevada respecto a la del cuerpo material, en este caso el astral, que gradualmente ganamos control del plano astral. Esto no se completa bajo ninguna circunstancia hasta 2.5-2.6, en donde comienza la polarización espiritual.

La vida dévica desde nuestro punto de vista es la vida de la materia. Desde su punto de vista, es una vida completamente consciente. Es como las células de nuestro cuerpo que poseen su propia existencia además de nuestra conciencia mental, y llevan a cabo sus acciones según nuestro ADN y la cantidad de vitaminas, minerales y extractos alimentarios que le damos para comer y beber.

Si suministramos el material correcto y proporcionamos suficiente energía del alma, comenzamos a controlarlas.

Al igual que el karma, es nuestra capacidad de cambiar la cualidad de la vida de nuestros vehículos lo que determina cuándo alcanzamos la realización del Ser. Nosotros estamos al cargo, o los devas lo están.

Pero el gran imán que denominamos Vida, que impulsa toda la evolución hacia delante, tarde o temprano se vuelve demasiado poderoso para que cualquier grupo o individuo pueda resistirse a él, y somos impulsados, lo queramos o no. Podríamos no alcanzar la realización del Ser en ese momento, pero al final llegaremos a ese punto. (Benjamin Creme, El Arte de Vivir)

Equilibrio – Si buscas en el exterior todo el tiempo, perderás de vista al ser interior. La vida se vuelve demasiado materialista. Si ocurre lo contrario, y miras demasiado en el interior todo el tiempo, pierdes contacto con la realidad externa. El equilibrio entre lo interior y lo exterior conduce a una relación correcta que se desarrolla en mente, espíritu y cuerpo. El punto de equilibrio debe mantenerse. (Maitreya, Las Enseñanzas de Maitreya: Las Leyes de la Vida)

Del mismo modo que debemos bañar al cuerpo, el desapego es el ‘baño’ de la mente, y la conciencia despierta es el ‘baño’ del espíritu. Cuando vagas en mente, espíritu y cuerpo recuerda que tu lugar de descanso se encuentra en la conciencia despierta del Ser. Cuando duermes, si duermes ‘en mente’ te levantas agotado.

Si duermes ‘en espíritu’, puedes experimentar cosas maravillosas. Si duermes en la conciencia despierta del Ser, duermes bien. Maitreya dice: ‘Yo nunca os abandono’. (Maitreya, Las Enseñanzas de Maitreya: Las Leyes de la Vida)

El hombre se encuentra ahora en el umbral de una nueva percepción de sí mismo, de su propósito y del mundo en el cual vive. Esta nueva conciencia despierta evocará capacidades y talentos jamás soñados que aún esperan expresión, y permitirá a los hombres entrar en la morada de los dioses.

Cuando el hombre se vea a sí mismo verdaderamente como es, nada impedirá la manifestación de sus facultades divinas. Por todas partes se verá esta gloria, iluminando un sendero hacia las más lejanas estrellas. Hasta que ese bendito tiempo llegue el hombre debe aprender y entrenarse a sí mismo en el tiempo libre. Sin el tiempo libre el hombre tiene poca oportunidad para crecer.

Se debe considerar el tiempo libre como el requisito para ese pensamiento y acción creativos que transformarán toda vida para los hombres. (Maestro de Benjamin Creme, de ‘El tiempo libre es la clave’)

Fuente: http://www.share-es.org/2010/con-032010.htm#arte_r_ser